Los católicos interpretan la advocación mariana de María auxiliadora en la figura de la Virgen María madre del niño Jesús, creen que esta trae consigo el auxilio o la salvación de Dios para con la humanidad, por ser los hombres sus hijos y sentir sobre estos el deseo de estrecharlos bajo el lazo del cariño filial.
Se cree que el poder de la Virgen Auxiliadora es tan ilimitado como la fe hacia ella.
Su imagen y oración se coloca en las iglesias, pero especialmente se hace también en los hogares donde desde su lugar resguarda la morada de todo mal o perturbaciones que puedan encontrarse afectando la paz de la familia y la armonía de la casa.
A esta santa se le reza:
- En agradecimiento a sus milagros,
- para encontrar en ella la fe perdida,
- para pedir un favor y
- para bendecir los templos.
Oración para poner en la puerta de entrada de la casa
Señora y dueña de ésta casa te pido que te dignes mostrar en ella Tu poderoso auxilio preservándola de la enfermedad, del vicio, de las tempestades, del fuego, de los ladrones y de cuantas calamidades Tú conoces.
Bendice, protege, defiende y guarda como cosa tuya a las personas que habitan y que vivirán en ella, presérvalas de todas las desgracias y accidentes, y concédeles sobre todo la importantísima gracia de evitar el pecado.
Oh María Auxilio de los cristianos, ruega por cuantos viven en este hogar que se te ha consagrado para siempre. Amén.
Oración para hacer una petición especial a María Auxiliadora
Confío en ti, sé que escuchas siempre nuestras súplicas y atiendes nuestras necesidades, sé que Tú puedes ayudarme en este momento, y por eso te pido María Auxiliadora (realizar la petición).
Tengo fe, nadie más que Tú me puede auxiliar. Dejo en tus manos esta preocupación que me aflige.
Soy tu hijo/a, no me abandones. Te confío también a todos los que te necesitan, especialmente a mi familia. Cúbrenos con tu Manto que nos protege de todo mal, y danos tu Bendición. Amén
Oración para misionar en nombre de la Virgen Auxiliadora
Oh María, Madre y Auxiliadora de la Iglesia, Tú que compartes la gloria de Cristo resucitado, continúa con tu materna intercesión, cooperando para nuestra salvación.
Ocúpate de nosotros que peregrinamos en medio de los peligros y dificultades, y ayúdanos a llevar con generosa entrega el peso y el gozo de nuestra misión apostólica. Amén