Relata el Pataki que Kawó Silé fue un rey estricto que dominó el reino de Oyó durante muchos años, este, apoyado por Obatalá el Orisha monarca de Igbo sostenían una guerra de tierras y poder en contra de Odúa, soberano de las tierras de Ifé.
Pataki: Odúa derrota los tronos de sus adversarios
Al caer la noche los guerreros de Obatalá se pintaban con cascarilla y vestían maribos, atuendos que portaban con el fin de asustar al ejército de Ifé, quienes pensaban que eran atacados por fantasmas, hecho que los hacía retroceder en el campo de batalla.
Antes que se desatara la gran guerra una de las hijas del rey Obatalá mantuvo relaciones en secreto con un general del ejército de Odúa, el amor creció entre los jóvenes y una noche tras un apasionado encuentro la princesa confesó al guerrero que su ejército no era asediado por fantasmas.
Explicó al mismo que los extraños seres que atormentaban a las huestes durante la noche no eran más que soldados de su padre, camuflados con hojas de palma y cascarilla.
Odúa descubre la estrategia de los soldados de Obatalá
La información pronto llegó a los oídos de Odúa quien ordenó preparar una trampa contra los invasores.
Los soldados de Ifé minaron los campos con fogatas y una vez que penetró el enemigo en estos, prendieron fuego a todas las antorchas, el enemigo salió gravemente herido produciéndose durante esa noche múltiples bajas en el ejército de Obatalá.
Acto seguido, Odúa persiguió al invasor y con la ayuda de sus valientes hombres destronaron a Obatalá dominando su reino para siempre, a pesar de que el rey quedó con vida, tuvo que huir al exilio pues su existencia y la de su descendencia corría grave peligro.
La caída del trono de Shangó
Antes de que ocurriese la ofensiva final que dejaría sin corona a Obatalá este había solicitado la ayuda de Shangó para no perder su reino, súplica que el monarca de Oyó ignoró por completo, hecho que provocó gran decepción en Obatalá.
Entonces con más fuerzas que nunca Odúa emprendió una nueva ofensiva, pero esta vez en contra de Shangó, al verse rodeado por las tropas enemigas Kawó Silé prendió fuego a su palacio y huyó.
Algunos creen que partió al exilio mientras otros aseguran que se adentró en el monte con el fin de quitarse la vida.
De esta forma Odúa se hizo con los reinos de Oyó e Igbo bajo su dominio, poniendo fin al reinado de Obatalá y Shangó y a la cruenta guerra que había devastado los tres pueblos de forma avasalladora.