8 Tambores Yorubas que aún son conservados en Cuba ¡Conócelos!

Los tambores o batá representan un valor incalculable dentro de nuestra religión yoruba, significan la sagrada unión con nuestros antepasados.

Su función primordial es la de comunicarse con nuestros ancestros y Orishas en nuestra Regla de Osha-Ifá. La Orisha Aña es la que vive dentro de estos tambores y para que suenen primero se deben consagrar.

Todo tambor que se haga debe consagrarse porque en ellos llevan secretos y ritos ceremoniales.

Los sagrados Tambores en la Regla Osha Ifá

Los tambores son tratados con mucho esmero y deben respetarse muchas reglas religiosas a la hora de manipularse y hacerlos sonar.

Estos ancestrales elementos musicales y espirituales van adornados y revestidos con mucho cuidado y amor, y deben ser siempre saludados por todo religioso porque si no se hace sería una falta de respeto.

Hacer sonar el tambor es un arte complicado, se requiere años para aprender.

El tamborero debe tener aparte de habilidades manuales una memoria muy buena para invocar a los orishas y deidades a través de los sagrados cantos, que son poesías y bellas leyendas.

Además, los tamboreros se deben consultar con los Orishas Añá y Osain en el proceso de consagración, y deben cumplir una serie de normas de conducta por respeto.

Por ejemplo, antes de tocar los sagrados instrumentos no pueden haber tenido relaciones sexuales ni haber ingerido bebidas alcohólicas.

En Cuba los tambores Yorubas que han sobrevivido al tiempo y se conservan son:

1. Los tambores Batá:

Son utilizados para tocar a todos los Orishas y Egguns (espíritus). Se llaman de mayor a menor y son consagrados en Shangó, orisha dueño del tambor y la música en la religión yoruba.

Sus nombres y significados son los siguientes:

Iyá: significa madre, el respeto a la mujer, y es el tambor mayor.
Itólele: Aquí el prefijo “i” significa acción, el verbo “to” es colocar en orden y “tele” seguir.
Okónkolo: como es el más pequeño de los tambores estas palabras significan niño o muchacho.

Para llamar e innovar a cada tambor por su nombre es bastante parecido en todo el territorio cubano.

2. Los tambores Igbín:

Estos se conservan en la provincia de Matanzas, son consagrados en Babá Obbatalá, el padre blanco de la Osha.

Cuenta la leyenda que a Obbatalá le gustaba mucho bailar y cuando lo hacía todas sus mujeres hacían palmas y cantaban alrededor de él.

Por eso mandó a fabricar estos tambores y los llamó con los nombres de dichas mujeres.

Estos tambores son cuatro y de mayor a menor son llamados:

Iyá nla
Iyá nga
Keke
Afere

3. Los tambores Ipose:

Son tres tambores y un Agogó (campana) y son consagrados a Ifá.

Estos aún se conservan y eran propiedad de Tata Gaitán (Eulogio Rodríguez Gaitán, legendario Babalawo, Tata Nkisi y Abakúa).

4. Los tambores Agere:

Son dos tambores y una flauta, hoy solo se conservan en Jovellanos ciudad de Matanzas y en Palmira, Cienfuegos, municipios de Cuba.

Son consagrados a Oggún el dueño del hierro y los cazadores los usan para sus bailes.

Estos tambores reciben el nombre de mayor a menor de:

Agere
Afere

5. Los tambores Apinti:

Son dos tambores y una campana, van consagrados a la Orisha Yewá. Son conservados en Jovellanos, Matanzas y se llaman:

Iyá Ilú
Emelé
Agogo

6. Los tambores Dundún:

Son seis tambores dedicados a Shangó el rey del fuego y solo se conserva un solo juego de tambores en Matanzas, provincia cubana.

Reciben el nombre de mayor a menor:

Iyá Ilú
Gudugudú
Kerikeri
Isayu
Kanango
Gangán

Según la leyenda el primero en usar el tambor Dundún fue Ayán, un nativo que enseñó a familias yorubas el arte de hacer sonar el tambor.

7. El tambor Agaba:

Es un solo tambor, una tinaja con secreto dentro que va cubierto con piel de venado. Este tambor es consagrado a Oduduwá y se conserva solo este en Matanzas.