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La Yagruma, árbol sagrado de la cultura afrocubana

Yagruma en la santería

Repiten los más viejos muy a menudo: “las hojas de yagruma pueden aliviar numerosos males”.

Y es que este árbol de hojas de diferentes tonalidades es tan antiguo como espiritual. La yagruma es un árbol de la familia de las moráceas que puede alcanzar los 20 metros de altura, y alzarse en medio del paisaje.

El árbol de la yagruma es alto y de tronco esbelto y está presente en numerosos paisajes cubanos. Sus hojas son grandes, anchas, lobuladas y de dos colores. La parte de las hojas que se encuentra expuesta al sol es verde oscuro, mientras que el envés de un tono grisáceo.

Yagruma, poderosa planta medicinal

La yagruma (Cecropia peltata) también es un árbol con grandes cualidades medicinales. Sus hojas y cortezas se emplean en cocimientos y remedios naturales para tratar las afecciones respiratorias y los estados gripales por sus cualidades astringentes.

Aunque los expertos señalan que deben preparar estos remedios los curanderos que realmente conocen de ello, las plantas tienen poderes mágicos, pero ante el desconocimiento pueden resultar peligrosas.

Los campesinos cubanos aseguran que las hojas de yagruma, mezcladas con polvo de concha de macao, azúcar prieta, miel de castilla y hojas de violeta, es el remedio más eficaz para acabar con el asma.

La religión afrocubana y la yagruma

En la Regla de Osha (santería), la yagruma se asocia con el Orisha yoruba Obbatalá, al que está consagrada. También es una de las plantas representativas de Yemayá, Shangó y Oyá.

Según el libro El monte, de Lydia Cabrera, esta poderosa planta recibe varios nombres, del Lucumí: Iggi, Oggugú, Láro y del Congo: Matitit. Kandólao, moratafo y feniliyé también son nombres que le daba un yerbero de la Plaza del Vapor.

Es uno de los árboles cubanos con mayor presencia dentro de los cultos afrocubanos. También se le relaciona con las ofrendas dedicadas a Osain, Orula e Ifá.

Y no solo la Regla de Ocha la ha adoptado como una de las plantas consagradas a los Orishas, sino que los paleros llaman con el Yagrumo al centinela, mientras que, para los mayomberos, la yagruma es la torre centinela de Sududamba (la lechuza). Ambas expresiones religiosas consideran que el árbol alberga a los espíritus vigilantes del monte.

Como vemos, este árbol tan habitual en los paisajes cubanos, es fuente de espiritualidad y mitos que aseguran protección y salud.

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