Recordemos que Oyá es una de las orishas más poderosas, Diosa madre de Eggun (espíritus) y guerrera compañera del Dios del Fuego, Shangó, en múltiples batallas.
Oyá forma parte de las deidades africanas mayores y es la Diosa de los truenos, relámpagos, tornados, vientos, tormentas y huracanes. Es, fundamentalmente, quien se encarga de traer los cambios rápidos y nos ayuda en nuestras transformaciones internas y externas.
Yanza, como también es conocida, es una deidad valiente y fuerte, y al mismo tiempo delicada y protectora con sus hijos y devotos.
Es la guardiana del reino situado entre la vida y la muerte, por ello su hogar está en la puerta de los Cementerios. Es la Diosa de la clarividencia y posee inmensas habilidades psíquicas.
Rezos a la Reina de la Centella para pedir su amparo y protección
Oyá es la Guerrera Salvaje y es la Madre Protectora. Le rezamos fundamentalmente para implorar su protección, pues ella es capaz de poner fin a toda injusticia, engaño y deshonestidad.
Por ello, a la Reina de la Centella le pedimos que nos dé coraje, que haga justicia, y que nos proteja en los momentos de dolor y de necesidad.
Ella es fundamentalmente, protectora de las mujeres, sobre todo de aquellas que son fuertes y valientes, lideresas en la comunidad. A ellas, la Diosa las protegerá siempre de todo mal.
Por sus cualidades como guerrera fuerte y valiente, muchos le rezan a Oyá por su protección ante enemigos. A la Diosa de la Centella la invocamos sobre todo cuando nos vemos asediados por males que nos llegan desde otras personas.
¿Cómo rezarle a Oyá? Oraciones Milagrosas a la poderosa Yanza
Recordemos que para rezar a Oyá, debemos llevarle aquellas ofrendas que la Diosa prefiere. Ella gusta de las ofrendas con berenjena, vino de uva, uvas, ron, nueces de cola, gallo, gallina, gachas, fruta, pescado y cualquier cosa picante es de su agrado.
También podemos colocar incienso cerca de su lugar con aromas como pachulí, sándalo y geranio.
Luego encendemos velas blancas y rezamos en un sitio tranquilo, comentándole el peligro que presentimos y pidiéndole que por favor aleje de nosotros las malas vibras.
Oración a Oyá para protección de todo mal
Esta es la oración para hacerle una petición a la diosa africana:
Oyá mujer fuerte, guerrera y de poder,
Reina del viento de la muerte,
santa que tienes 9 rayas en tu cara,
y 9 sayas de todos los colores,
mujer que tienes poder para hacer todos los remolinos,
en lo alto como en lo bajo,
mujer que con tu risa te llevas todo lo malo,
que con tu poder alejas las enfermedades,
nosotros queremos que recibas el saludo de corazón.
Todos te respetamos, y hablas con tu centella allá en el cielo
todos nos arrodillamos y nos persignamos
cuando escuchamos tu palabra.
Acudimos para pedirte que nos envíes buenos vientos,
que no permitas que las penas y tristezas
los disgustos y debilidades, enturbien nuestras vidas,
oscurezcan nuestros pensamientos y corazones,
llegamos ante ti para pedirte fuerza y energía positiva,
para solicitar que nos protejas con tu gran poder,
alejes la maldad y nos des luz, y alargues la vida a todos.
Que tus rayos destellen sobre nuestros hogares,
sobre todos los miembros de la familia,
dándonos alegría, felicidad y buen ánimo,
que tus rayos nos alumbren y den luz en la oscuridad.
Yo te digo gracias Oyá,
en el nombre de todos los hijos de la tierra.
Así sea.
Para que nos proteja de las dificultades de la vida es esta Oración a Oyá Yansa
Y así invocamos a Oyá para que aleje el peligro de nosotros:
Oyá todos te invocamos,
por ser mujer guerrera, fuerte y poderosa.
Eres la dueña de las tormentas,
y con tu iruke, tienes el poder
de alejar las enfermedades.
De muchas maneras te llamamos:
Madre mía nueve días en el cielo,
Viento de la muerte,
Remolino de lo alto,
Reina de todos los mercados,
Mujer dueña de todos los espíritus,
Dueña de la enfermedad,
Santa de la raya en la cara bonita,
dueña del viento,
que entiende lo que ve.
Viva Oyá, Madre mía,
Mujer de mucho poder por mandato de Dios,
para ser Reina de la Muerte,
protégenos y ayúdanos en las dificultades,
cuida de tus hijos en la tierra,
bendícenos con tu iruke,
alúmbranos con tu antorcha,
dueña del viento y de las tormentas.
Gracias Madre Santa