Chugudú es un Orisha menor perteneciente al Panteón Yoruba, esta deidad posee entre sus virtudes la capacidad para rastrear a los espíritus y a los enemigos.
Segudu como también es llamado es un santo del que deben ser precisados sus servicios solo en ocasiones importantes y de extrema necesidad, debido a que cuando recibe una encomienda no da vuelta atrás hasta acometer la orden.
Su culto y conocimientos distan hoy en día de las prácticas religiosas con las que se relacionaba en antaño.
El auge de su adoración radica con gran vigor en el continente africano, aunque este hecho no excluye que se conozcan sus virtudes en el viejo continente.
¿Conoces la representación del Orisha Chugudú?
La arcilla es el material empleado para dar vida a la imagen de Chugudú.
Con este material se moldea una pequeña imagen humana la que se adorna simétricamente con caracoles, posteriormente debe ser cocida para que el barro una vez seco no se desmorone.
¿Cómo se consagra esta deidad?
La consagración de Chugudú debe llevarse a cabo por un sacerdote.
Este con ayuda de los conocimientos botánicos y la magia de la cual dota Osain a las plantas del monte y los correspondientes sacrificios de animales que se llevan a cabo, da vida a la deidad rastreadora, quien a partir de ese momento se encuentra lista para cumplir las encomiendas pertinentes.
Los poderes de Segudu y su invocación.
A Segudu se le conoce por sus hábiles dotes de rastreador, este Orisha sigue los pasos de los enemigos hasta encontrarlo y entonces poner en práctica sus maleficios.
Esta deidad es implacable y puede llegar a propiciar severos daños sobre los seres humanos y los espíritus.
Cuando el religioso va a efectuar un encantamiento con la ayuda de Chugudú debe permanecer despierto a partir de que comienza la invocación justo hasta que se apaguen las velas y se consume el acto.
Pues si se duerme pierde efecto el ritual y el Orisha retorna pudiendo descargar la frustración del fracaso sobre la persona que lo invocó en vano.
A esta deidad se le realizan inmolaciones de animales y ofrendas de otra índole como los príncipes negros, algunas frutas frescas y velas.
Este Orisha vive apartado de los ojos de los curiosos, pues no debe ser molestado en vano, se le debe respeto y adoración.
El poder de esta deidad está relacionado a la energía de la persona que lo recibe y posteriormente invoca.