Santa Marta es una figura venerada en la Iglesia Católica por su especial condición de protectora de los desamparados y las personas que ejecutan desinteresadamente obras caritativas.
Su culto ha crecido en gran medida por los innumerables milagros que se le asocian, los cuales se relacionan con:
- la unión familiar,
- el sacrificio
- por amor y
- la salud.
A Santa Marta se le invoca mediante su oración con el fin de pedir su protección y ayuda ante los momentos difíciles y las causas difíciles.
Es menester rezarle por siete días consecutivos pues esta santa solo ayuda a quien es capaz de demostrar que es paciente y perseverante.
Santa Marta ► La Virgen Protectora de los inocentes
Marta era natural de Betania, un pequeño pueblo perteneciente a Jerusalén, allí vivía en una modesta casa junto a sus hermanos Lázaro y María.
En su hogar se hospedó en reiteradas ocasiones Jesús a quien acogieron con gran amor y dicha, desde entonces se dedicó a servirle con gran devoción.
Posteriormente a su muerte fue canonizada por la Iglesia Católica en homenaje a sus nobles actos de contribución y desapego a lo material.
La Santa que venció al dragón.
Santa Marta suele mostrarse portando una cruz como símbolo de su fe, a sus pies se encuentra un dragón rendido, se representa vestida de azul o verde, con el delantal y las llaves a la cintura, sirviendo a los huéspedes con la misma devoción y entrega con que atendió a Jesús.
Santa Marta protege a quienes sirven al prójimo.
Se considera a Santa Marta como patrona de las cocineras, las sirvientas, los hoteleros y las personas que prestan servicios a las casas de huéspedes, las lavanderas, las monjas y las mujeres protectoras del hogar.
Esta santa católica brinda especial protección a aquellos seres humanos que dedican su vida a servir a sus semejantes de forma desinteresada.
Oración por 7 días a Santa Marta para hacer petición en casos difíciles:
Oh Santa Marta dichosa, mi Santa Marta milagrosa, me acojo a tu amparo y protección entregándome a ti en este día, para que me ayudes en mi tribulación y en prueba de mi gran afecto y seguro agradecimiento, prometo serte fiel seguidor, rezarte más a menudo con fervor y me ofrezco para propagar tu devoción.
Consuélame en mi pena y amargura, te lo suplico por la inmensa dicha con que se alegró tu corazón al hospedar en tu casa de Betania a Jesús nuestro único salvador, intercede por mí en este momento de aflicción para que conserve siempre en mi corazón a nuestro Dios Padre creador, para que viva continuamente en su gracia y rechace toda ofensa contra él con ardor.
Para que sean mis penas remediadas y en especial esta que ahora me atormenta (realizar la petición).
Te suplico me ayudes a vencer las dificultades con la fortaleza con que venciste, con tesón y por el poder de la Cruz, al dragón que tienes rendido a tus pies.
Te suplico me atiendas y ayudes, no desoigas mis suplicas ardientes para que pueda seguir siempre adelante sin amarguras que me atormenten.
Así sea.
A continuación, deben rezarse tres credos, tres padres nuestros, tres aves maría y tres glorias. Esta Oración se realiza por siete días consecutivos.