Justo en el kilómetro 78 de la autopista que une a la Habana con Pinar del Río se encuentra un inmueble que ha dado mucho de qué hablar desde su edificación.
Una casa deshabitada y en ruinas protagoniza desde hace más de treinta años el avistamiento de múltiples sucesos paranormales, entre los que destacan:
- Las apariciones fantasmales,
- el lamento de voces espectrales y
- la extraña sensación de ser observados al pasar frente a ella.
¿Cuál es la Historia tenebrosa de esta casa según leyendas?
Muchas de las familias que en el pasado la habitaron sostuvieron la necesidad de abandonar sus instalaciones por sentirse incómodos en su interior.
Estos han revelado a sus seres queridos el desate de discusiones y pleitos de forma inexplicable y por cosas que a la larga eran insignificantes.
Comentan a sus amigos el no haber podido en muchas ocasiones dormir bien y el haberse visto asechados por los sobresaltos y las pesadillas.
Dicen además haber perdido algunos objetos pequeños mientras durante su permanencia y haber visto otros fuera de lugar sin que nadie conociese la razón.
Los vecinos de la zona han asegurado ver salir de las ventanas de esta casa extrañas luces incandescentes y haber visto entrar perros criollos al recinto de los que nunca más se vio rastro.
Juan, el hombre que vivía entre espíritus
La casa que en sus inicios perteneciera a Juan, un hombre solitario y de carácter fuerte, llama la atención de muchos, pero ninguno se atreve a vivir en ella.
Se cree que el espectro de este señor quien falleciera a edad avanzada continúa morando en el recinto e incluso algunos aseguran haber visto al amanecer a un anciano guataqueando la tierra y luego desaparecer entre los arbustos mientras fumaba un tabaco.
Se cree que desde que Juan vivía en la vivienda se desarrollaban estos fenómenos paranormales, pero él como hombre temerario hacía oídos sordos a estos y según se especula aprendiese a vivir convivir con los espíritus sin importarle mucho sus mensajes.
Algunos curiosos se atreven a decir que los espectros afinaban con el anciano, pues, aunque viviesen del otro mundo le hacían compañía sobre todo durante las noches.
La casa abandonada del kilómetro 78 que nadie se atreve a ocupar
Por su condición de casa abandonada ha ganado el respeto de muchos, pero unos pocos se han visto tentados por penetrar en sus instalaciones para develar de una vez y por todas, los misterios que hacen a la casa de San Cristóbal tan paradigmática.
Otros en antaño se adentraron en esta para saquearla en su momento de mejor estado.
Lo cierto es que aun en nuestros días todavía ninguna familia ha vuelto a vivir en ella por temor a lo desconocido o a las maldiciones que los locales aseguran se nutren de ella.