Aggayú el gigante de Osha, que como bien dice su nombre alcanza a ver todo, lo bueno y lo malo, nos ayudará en los momentos más difíciles cuando necesitemos que su poder actúe a nuestro favor.
Existen momentos en que estamos en una encrucijada, empantanados y sentimos que el mundo se nos viene encima.
Cuando nuestra vida se estanca y no prosperamos, ya sea por carencias económicas, falta de empleo, problemas de salud; aclarar la mente en esos momentos es sumamente difícil, pero jamás debemos olvidar que nuestros Orishas están para ayudarnos y brindarnos luz en la oscuridad.
Algo sencillo pero muy efectivo son las ofrendas (Adimú) con frutas a nuestros Orishas, no son obras complejas y son realmente útiles y positivas.
Si pone en cada rezo, en cada obra, en cada ritual y en cada ofrenda, su voluntad, decisión, optimismo y sobre todo fe, todo le saldrá bien.
Ingredientes que necesita:
- 9 plátanos o una mano de plátano
- Manteca de corojo
- Vino seco
- 2 velas
Los plátanos que se deben usar para esta obra son los llamados «plátanos indios» (como en la foto de arriba), pero si no los puede conseguir puede hacerla con otro tipo de plátanos fruta.
Preparar la ofrenda (adimú) para Aggayú Solá
- Se le unta manteca de corojo a los plátanos y le soplamos vino seco.
- Se prenden las 2 velas y se conversa con el poderoso Aggayú.
- Utilice este Rezo a Aggayú para invocarlo.
- Se le pone por 9 días encima de Aggayú Sola.
- Al noveno día lo lleva al pie de una ceiba o de un árbol seco.
- En vez de plátanos también puedes realizar la ofrenda utilizando 9 manzanas rojas.
Si no tiene Aggayú puede realizar este adimú en nombre de San Cristóbal de la Habana, quien se sincretiza en la religión afrocubana con el Orisha Aggayú.
Esta oración nos brindará refugio frente a las adversidades y tormentas de la vida, enfermedades y situaciones desfavorables para nuestra alma y espíritu.
Oración a San Cristóbal de la Habana para invocarlo:
Amantísimo Jesús, piedra fundamental de nuestra fe, en quien fieles creemos por la que tuvo tu glorioso mártir San Cristóbal, con la cual te predicaba sin temor de la muerte y en tu nombre hacía maravillas, sanando enfermos y ejecutando portentos, como lo fue reflorecer el árido leño; por sus méritos te suplicamos nos dé vigor para ejercitar por obra los que fieles creemos, y que saliendo de las esterilidades de las culpas, sean nuestras vidas adornadas de la hermosura de las virtudes, para que así logremos dar frutos de gloria por tu gracia, concediéndonos ahora lo que necesitados te pedimos y en la hora de nuestra muerte subir a gozarte eternamente en los cielos por los siglos. Amén.
De corazón deseo que reciba la protección que su vida necesita y que nuestros Orishas lo amparen siempre. Bendiciones.