Antonia Izquierdo llamada cariñosamente con el apodo de Antoñica nació en la provincia más Occidental de Cuba, Pinar del Río en el año 1899. Fue una famosa curandera y espiritista dotada con la virtud de sanar con agua y bendecir mediante rezos.
Su familia asentada en esta zona mucho antes de su nacimiento se dedicaba al arte de la curandería mediante elementos naturales como hierbas y ungüentos medicinales, además del cultivo de la tierra.
Curar y brindar sanación con el poder del agua
Relata la leyenda que fue la aparición de la Virgen María la que propició que Antoñica obtuviese este mágico don.
El primero en recibir sus dotes sanadoras fue su hijo el que se encontraba gravemente enfermo, a este le devolvió la salud y la fortaleza física siguiendo al pie de la letra los consejos que le compartió la Madre de Jesucristo.
Desde ese día comenzó a curar a los enfermos que tocaban su puerta para ser bendecidos, sin obtener remuneración a cambio.
El culto popular revela que esta curandera empleaba la frase:
Perro maldito vete al infierno, para despojar a los moribundos de los males que los atormentaban y de los espíritus oscuros.
Algunos incrédulos la tildaron de demente, fue culpada por no tomar partido por la política, por Azares del destino resultó internada en el hospital hoy llamado Psiquiátrico de La Habana conocido antiguamente como Mazorra, lugar en el cual falleció en el año 1945.
Su vida y su obra trascendió al cine bajo la lente del realizador Manuel Octavio Gómez titulada: Los días del Agua en el año 1971, filme que además de relatar la vida de esta curandera representa la situación que atravesaba la región en esos años.
Cabe destacar que el mismo fue objeto de múltiples premios, se concibió como una eficiente forma de aunar las costumbres religiosas cubanas rurales.
Los Acuáticos, el agua como método de sanación
El legado de esta espiritista trascendió a través del tiempo, sus enseñanzas siguen vigentes hoy en su natal Pinar del Río, municipio de Viñales, donde un grupo de sus devotos mantienen vivos sus ritos de sanación identificándose bajo el nombre de Los Acuáticos.
Esta sociedad fue fundada en el año 1943, busca mantener las propiedades del agua como método de sanación.
Actualmente en esta zona pinera se asientan pocas familias, las cuales continúan viviendo según sus tradiciones.
Con el paso del tiempo y la llegada de nuevas generaciones se ha fomentado la importancia de la educación y la atención médica, aunque sigue siendo importante para sus habitantes que sean respetadas sus creencias religiosas.