Cada mañana, en cuanto me levanto, me regalo un espacio de paz para saludar y conectar con mis espíritus. Y hoy te lo cuento para que puedas hacerlo también y empezar a abrir tus caminos.
Es un momento sagrado que me ayuda a empezar mi jornada con claridad y conexión espiritual.
Siento que no estoy sola, que mis guías espirituales están a mi lado, brindándome protección y energía positiva para enfrentar el día.
Aquí te cuento mi ritual paso a paso…
Quiero compartir contigo los pasos que sigo en mi rutina matutina, para que, si lo deseas, también puedas conectarte con tus espíritus. No necesitas mucho, solo un espacio tranquilo y un corazón abierto.
1. Crea tu espacio sagrado
Lo primero que hago es dirigirme a mi bóveda espiritual, pero si no tienes una, te sugiero buscar un rincón en tu hogar donde puedas estar en paz. No importa si es pequeño, lo importante es que sea un lugar en el que sientas comodidad y sin distracciones.
2. Enciende una vela o incienso
Para mí, encender una vela simboliza la luz que guía a los espíritus hacia mí, mientras que el incienso purifica el ambiente. Este pequeño gesto transforma el espacio y lo convierte en un lugar propicio para la conexión espiritual.
3. Invoca a tus espíritus
Ya en presencia de mis espíritus, pronuncio en voz alta una oración, como el Padre Nuestro y el Ave María, pidiendo su protección y guía.
A veces, simplemente digo: «Estoy aquí, abierto a su sabiduría y amor. Gracias por estar conmigo».
Lo más importante es hablar desde el corazón, con sinceridad y gratitud.
4. Escucha y siente
Después de la invocación, me permito unos minutos de silencio. A veces siento la presencia de mis guías a través de sensaciones sutiles, pensamientos o imágenes. Otras veces, solo percibo una paz profunda. Confía en lo que sientas, incluso si no es claro al principio.
5. Agradece y cierra tu ritual
Antes de finalizar, agradezco a mis espíritus por acompañarme, incluso si no he percibido nada específico. La gratitud es poderosa y fortalece la conexión espiritual. Luego, apago la vela o el incienso, cerrando el espacio hasta el próximo encuentro.
6. Lleva contigo la conexión durante el día
A lo largo del día, trato de mantener esa sensación de paz y conexión. Sé que mis espíritus están siempre cerca, listos para guiarme cuando lo necesite.
Este ritual es muy personal, y puedes adaptarlo según lo que sientas. Lo importante es que sea un momento auténtico para ti, un espacio de conexión contigo mismo y con lo espiritual. Con el tiempo, notarás cómo esta práctica te llena de claridad y fortaleza.
Si alguna vez tienes alguna duda o quieres compartir tu experiencia, estaré aquí para escucharte. Espero que este ritual te traiga tanta paz y conexión como lo hace conmigo cada mañana.
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