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Otura Meyi, odun donde la riqueza vino al mundo con la ayuda de Eleguá

Eleguá Otura Meyi

Eshú, Orisha poseedor de las llaves que abren y cierran los caminos acogió desde muy temprana edad a Otura Meyi como su protegido.

Sobre este siempre veló cual padre celoso y sin que el joven se diera cuenta inculcó en su persona los valores y el ingenio necesarios para vencer en la vida.

Pataki donde gracias a Elegguá floreció la fortuna y prestigio de Otura Meyi

Fue Elegguá en secreto quien preparase el destino de Otura Meyi, camino en el que deseaba saberlo triunfador, por lo que una noche ocultó gran parte de la riqueza del mundo, tomó a las tortugas y las llevó lejos de la vista del hombre y comenzó a esparcir epidemias por doquier.

Olofin poseía un ejército que custodiaba tanto el cielo como la tierra, era tarea de estos velar porque las personas no pasasen necesidades.

Una mañana la patrulla llegó al reino de los cielos e informó al gran Orisha que las riquezas de la tierra se estaban agotando y que era muy difícil conseguir nada en el mundo de los hombres.

Olofin pensó que la pobreza había invadido la tierra, por lo que indicó al tesorero que abriera las puertas del tesoro celestial para que desde las nubes cayeran las riquezas sobre los hombres.

La riqueza llegó al Mundo y bendijo a Otura Meyi, quien agradeció siempre a Eleguá

Eshú quien se había percatado de lo que sucedería buscó a Otura Meyi para que se mantuviese al tanto de los hechos, contándole que:

Las riquezas caerían solo en las casas que se encontrasen preparadas para recibirlas.

Por lo que le indicó coger un ñame y esparcirlo troceado con cascarilla alrededor de la vivienda y después colocar una tela blanca sobre la puerta. 

Elegguá se adelantó a los otros Orishas y comunicó al ejército celestial que solo un hombre llamado Otura Meyi estaba preparado para la llegada de la fortuna, induciendo en él la responsabilidad de ser su albacea.

Estos convencidos partieron hacia la casa de Otura Meyi para delegar en él la función de cuidar el tesoro que caería del cielo.

Fue de este modo como Otura Meyi se convirtió en el hombre más rico sobre la faz de la tierra, gracias a la ayuda de Elegguá el hombre no solo adquirió fortuna, pues también obtuvo fama y prestigio.

Otura Meyi jamás olvidó a su padre Eshú, a quien debía todos sus bienes y la vida, el cual era su tesoro más preciado por lo que vivió para agradecerle durante toda su existencia.

Conoce más sobre Eleguá, el dueño de nuestro destino en la Osha:

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