La siguiente leyenda data del año 1658, cuando Remedios, región ubicada hoy en la actual provincia de Villa Clara fuese el blanco en la mira de los continuos ataques de corsarios y piratas, que buscaban enriquecerse a costa del saqueo de los diferentes poblados de las Islas bañadas por el mar Caribe.
La leyenda y misterios que rondan a la Gritona del Seborucal
El Olonés fue uno de los rufianes del mar que se encargó de escribir con sangre las páginas de la historia.
Este fue conocido por tener a su cargo numerosas embarcaciones piratas, en el año 1658 los bribones llegaron a las costas de Remedios arremetiendo brutalmente contra el pueblo.
Numerosos fueron los atropellos cometidos en esa ocasión por los piratas, tal fue el terror que infundieron que los remedianos no tuvieron más alternativa que internarse en el monte para salvar sus vidas.
Salida que no fue oportuna para el párroco del pueblo quien fuese asesinado en el interior de la propia iglesia y una de las jóvenes del pueblo, rehén que el Olonés capturó para convertirla en su amante.
Cuenta la leyenda que la valiente mujer se defendió de su agresor con uñas y dientes impidiéndole conseguir su objetivo, razón por la que el pirata la decapitara delante de toda su tripulación.
La historia popular recoge el dato de que luego de la decapitación el cuerpo continuara corriendo por la costa hasta lanzarse por un barranco.
La cabeza fue rodando indistintamente, mientras su rostro se paralizaba en una muestra de profundo dolor.
El espectro de la joven ha estado vagando hace varios siglos
Una vez la isla fuese abandonada por los piratas los sobrevivientes regresaron a lo que quedó de sus viviendas.
Y cuentan que en ocasiones hasta el día de hoy cercano a esa fecha puede escucharse durante la madrugada los gritos de la mujer decapitada en el Seborucal, espectro que vaga sin cabeza por la costa de Remedios.
La historia no dejó impune los crímenes del Olonés y sus piratas, pues tiempo después al internarse en una isla no explorada, se topó con una tribu originaria caníbal siendo todos, el nuevo menú servido en bandeja de plata para los nativos.
De este modo llegó al fin la existencia de uno de los piratas más sangrientos que surcaran los mares en el continente americano, dejando una oleada inmensa de crímenes y asesinatos, muchos de ellos anónimos hasta nuestros días.
