2 Historias de Obatalá cuando repartió poderes a los Orishas

Obatalá el orisha blanco, en una ocasión había sido enviado por el gran creador Olofin para que pusiera de una vez paz en la tierra y confirmara los dominios de cada uno de los Orishas y deidades que habitaban en ella.

En la tierra, se encontró con el rey de las profundidades, el severo rey que no perdonaba y que era capaz de castigar a quien se atreviera a equivocarse o desobedecer sus mandatos, ese rey era Olokun.

Entonces Obatalá llamó a Olokun para que modificara su carácter y comportamiento, pero este omitió el pedido del orisha blanco y continuó imponiendo sus castigos como siempre.

Olokun por esta razón tuvo que ser encadenado en las grandes y misteriosas profundidades del mar, donde vive desde entonces. Desde allí emana gran energía y cuando se encoleriza es capaz de desatar las más grandes tormentas.  

A este Orisha hay que respetarlo mucho, no se le pide ni se le molesta en vano, mucho menos faltarle el respeto o jugar con su deidad, porque castiga de forma severa y solo a través del gran padre Obatalá es posible pedirle clemencia y perdón.

¿Por qué todos los Orishas tienen derecho al coco en la Osha?

Una vez en el mundo cuando Obatalá el orisha padre de todos, era dueño del Obbi (coco) reunió a todos los Orishas para darles a cada uno jerarquía.

Esta reunión se llevó a cabo bajo la sombra de un cocotero, y entonces Obatalá puso a los pies de cada uno un coco partido.

Por esta razón en la Regla de Osha todos los orishas tienen derecho al coco, fruto sagrado dentro de la religión yoruba.

Alrededor de aquel árbol se sentaron todos Orishas y escucharon con respeto el mandato de Obatalá.

Pero una deidad no estaba conforme, el dueño de la enfermedad Babalú Ayé estaba renuente ante las instrucciones del padre Orisha.

Obatalá al fin lo dominó y Babalú acató las indicaciones.

Es así como en el culto, ceremonias y ritos religiosos sin la ofrenda concebida de un coco a los ikus y eggun y a los Orishas, no es posible proceder.

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