Con tu vaina de framboyán, que quitas y curas los males, hoy yo te ruego Yansa que borres a mis rivales.
Yo te encargo, reina mía, lo que me causa aflicción, para que tú con tus vientos le pierdas mi ubicación.
Oyá reina divina, monarca de vivos y muertos, si con tu Ashé me acompañas mis sueños serán aciertos.
No tengo finas palabras para hablar de tu valía, pero no ver tu grandeza sería una algarabía, eres reina entre las reinas, mujer de una sola palabra y cuando dictas sentencia pobre del que no te plazca.
No necesitas un palacio de piedras preciosas ni oro, pero quiero que tú sepas que por ti yo lo doy todo.
Desde de que te conocí solo he podido admirarte, pues tus palabras sinceras son razón para adularte.
No dices al religioso lo que desea oír, le brindas con tus consejos la verdad que ha de vivir, eres mi santa guerrera, un volcán en remolino, por eso todos tus hijos tienen limpios los caminos.
Llévate Oyá con tus vientos todo lo que me causó dolor y enséñame a mirar el mundo con un poco más de amor.
Yo sé que en tu compañía todo se vuelve posible, por eso deseo que nuestra unión sea intangible.
Lanza todas tus centellas, para que yo pueda ver, al enemigo que quiere verme una vez más caer.
Sostenme cuando vacile y hazme digno de tu amor, pues tenerte como madre es para mí un gran honor.
Viviré muy agradecido de que me tengas afecto, pues a pesar de todas las cosas sobrellevas mis defectos, ayúdame a crecer, a ser una mejor persona para cuando mire al frente jamás caiga mi corona.
Reina de nueve pañuelos, nueve tierras, nueve historias, mi agradecimiento hacia ti será la bandera de mi historia.
Los cementerios gobiernas, desde ahí sirves a Olodumare, por eso eres la regente de principios y finales, junto a tu caballería de espíritus guerreros tomas los campos de batalla y haces tiritar al miedo.
No soportas la injusticia, tampoco el abuso de poder, por eso el pueblo yoruba te pide interceder, poner fin al sufrimiento, a la miseria y al dolor y sembrar en este mundo la tranquilidad y el amor.
Oyá Orisha sagrada, de ti nunca me despido, pues sé que velas mi rumbo y custodias mi destino.
No existe abismo en el mundo que de ti pueda separarme, pues aún sin poder verte nunca dejaré de amarte.
- Si deseas conocer más de esta hermosa deidad: 15 Características de la Orisha Oyá (clic aquí)