Todos conocemos y veneramos a la Orisha que simboliza los vientos y es dueña de ellos en el Panteón Yoruba.
Esta Orisha guerrera es Oyá y tiene tantas cualidades poderosas que la coronan como la más guerrera de todas y la más temible cuando se trata de batallar.
¿Cómo se identifica Oyá en la Religión Yoruba y Santería?
Entre las características más importantes y relevantes de la Orisha Oyá dentro de la religión afrocubana tenemos:
1. El significado de su nombre
Oyá también es conocida como Iyansan (Iyá =madre Mesán= nueve), este nombre significa madre de nueve porque Oyá tuvo 9 hijos.
Orisha dueña de toda manifestación provocada por el viento, tanto en calma como en estado tenebroso y tan desafiante como son los torbellinos, tempestades, huracanes y tornados.
Adelaye es otro de los nombres por el que se le conoce, es la deidad que con ayuda del fuego derrota a todos los que se convierten en sus enemigos.
En tierra Arará le suele llamar Aane Kurene.
2. El guardián de Oyá
Oya posee un guardián que es viejo y se le conoce como Lajigbo.
3. El mensajero de Yanza
Su mensajero es Alefí, o sea el viento, es quién se encarga de que ella se entere de quién nace y de quién muere.
4. Guarda entre sus poderes el oxígeno
Representa un invaluable y necesario elemento dentro de nuestra existencia que es el aire que respiramos llamado Afefe en lengua yoruba.
5. Guerrera y esposa de Shangó
Esta poderosa Orisha todo lo puede, ya que no le teme a sus enemigos.
Con sus centellas alumbra las piedras lanzadas en las batallas por su esposo varonil y guerrero, el Orisha Shangó, las cuales al impactar se convierten en piedras de rayo al pie de las palmas.
6. Una madre amorosa que ampara
Oyá en su estado apacible suele ser una madre amorosa con sus hijos, es hogareña, afectuosa y muy preocupada, pero cuando está molesta es todo lo contrario.
En su irá Oyá se vuelve aterradora, irascible y va a la guerra con todas sus armas sin excepción.
7. Relación de Oyá y el creador Olofin
Es le Feisita de Olofin, o sea su secretaria.
8. Ruegos y peticiones dedicados a Yanza
A Oyá se le pide principalmente:
- Fuerza y firmeza para enfrentar los obstáculos en la vida,
- rogaciones por enfermos,
- se le busca para encontrar la justicia,
- para tener coraje e ímpetu,
- para incrementar fuerzas cuando todo falla,
- que interceda con su protección en los momentos más duros y dolorosos porque ella tiene poder sobre la muerte y los espíritus.
9. Oyá y su padre Obatalá
La crió Babá Afabile, un camino de Obbatalá muy viejo que habita en la atmósfera y que por mandato de Olofin mantiene nuestro aire puro.
10. El cementerio, el espacio sagrado de Yanza
Oyá es quién encamina las almas de los espíritus al cielo, por eso se dice que es dueña del cementerio, pero en realidad es:
- La verdadera dueña de los mercados,
- la dueña de plazas,
- quien domina perfectamente el comercio.
11. Oggue y Oyá
Realmente la dueña de Oggue, representado por los tarros que acompañan a Shangó es Oyá, los cuales se le ofrecen a Shangó como un pacto.
El tarro o cuerno de Oyá son los cuernos de la Chiva consagrada a ella y del chivo a Elegguá.
12. La maraca de la Orisha de la centella
A Oyá se le llama mediante una maraca que es producida por el árbol Delonix regia (Framboyán).
13. Esposa de Orishas
Fue esposa de Oggún y después de Shangó, las herramientas de estos Orishas también les sirven en las batallas.
14. Atributos de la deidad del arcoíris
Oyá debe llevar una Orole (una máscara) y también una cola o rabo de caballo llamado Afisa Babá Awenikú, con el cuál agitándolo sobre su cabeza en forma de remolino espanta la muerte (Ikú) y a los Egguns (muertos).
Algunas personas le suelen poner un látigo como figurando una centella.
15. Oyá y Osun
Si algún hijo de Oyá recibe Osun, la altura de este debe ser la medida que se posee desde el tobillo a la rodilla del que lo recibe.
Muchas son las características de esta aguerrida Orisha y cada una de ellas nos deja claro que Oyá guardiana del reino de los espíritus, diosa de la intuición y de todo lo que renace y se transforma, siempre acudirá a nuestro llamado cuando con verdadera fe y amor la invocamos.