"Invocación a la Santa Cruz" Un poderoso llamado espiritual a Dios

La Santa Cruz es el principal símbolo del Cristianismo, esta representa:

el pasado, el presente y el futuro,
la madera sobre la que crucificaron a Cristo y a su vez
la exoneración de Dios sobre los pecados de sus hijos.

La interposición de los dos maderos que forman la cruz significa unión y representan la formación del hogar y la consolidación de la familia mediante la unión matrimonial.

También refleja la conexión entre el padre y el hijo y los sacrificios que se hacen con resignación por amor.

¿Cómo nos ayuda esta poderosa y antigua oración?

La Invocación a la Santa Cruz es una antigua oración evocada por los religiosos con el fin de obtener fuerzas para resistir ante la tentación de los pecados, la envidia, la violencia.

Esta plegaria es fuente de refugio, talismán protector contra el mal a través del cual el devoto realiza un llamado espiritual dirigido a Dios, con el que se vincula para purificar su alma.

Mediante esta oración de sanación, el ser humano pide a Cristo consuelo ante las aflicciones, esperanza para superar los avatares del destino y fortalecer su fe y entrega a Dios como camino ilustre y a veces áspero hacia la salvación de su propia alma.

La Fe que salva y el amor que consuela.

Es importante tener en cuenta que las plegarias que son pronunciadas en pro de obtener un beneficio sobre sí mismo deben ir cargadas de convicción y no deben ser solicitadas en vano, pues es la palabra sagrada de Dios la que se hace manifiesta mediante este rezo.

Invocación a la Santa Cruz

Dios Todopoderoso que habéis sufrido la muerte sobre el árbol de la Cruz por nuestros pecados, acompañadme.
Santa Cruz de Jesucristo, sed mi esperanza.
Santa Cruz de Jesucristo, tened piedad de mí.
Santa Cruz de Jesucristo, rechazad de mí toda arma cortante.
Santa Cruz de Jesucristo, derramad sobre mí todo bien.
Santa Cruz de Jesucristo, descarta de mí todo mal.
Santa Cruz de Jesucristo, haced que alumbre el camino de la salud.
Santa Cruz de Jesucristo, rechazad de mí todo atentado de muerte.
Santa Cruz de Jesucristo, preservadme de accidentes corporales y temporales.
Que adore a la Santa Cruz de Jesucristo por siempre; Jesús de Nazareth crucificado, tened piedad de mí.
Haced que el espíritu maligno y nocivo, huya de mí por los siglos de los siglos. Amén.