Siempre que oramos sentimos alivio y protección, invocando al Santo Niño de Atocha a través de esta poderosa oración recibiremos su amor y fe.
El Santo Niño de Atocha atiende las causas imposibles, es misericordioso y bondadoso con sus devotos. Es ayudador, intercede por nosotros en las peores tristezas y aflicciones de la vida.
No hay queja que el Milagroso niño no solucione, porque conoce aquellas penas que nos estrujan el corazón.
No solo es adorado en España, sino que es muy querido en Latinoamérica, su bendición ha cruzado fronteras para llegar hasta los más necesitados.
Historia del Santo Niño de Atocha
Es protector y cuidador de los prisioneros, porque cuenta la leyenda que brindó su incondicional ayuda cuando, según la ley, solo niños podían alimentar a los que estaban en cautiverio.
Fue el alma que salvó a muchos de una muerte segura. Sus zapaticos de niño estaban desgastados por las visitas a la prisión donde llevaba, no solo alimentos y bebida, sino consuelo a los más desfavorecidos.
En la santería, debido al proceso de transculturación, los esclavos africanos debieron adoptar un santo católico para que su religión pasara desapercibida, por ello se sincretiza con el Orisha yoruba Eleguá, que es protector de los caminos y también se representa con un niño.
Oración poderosa al Milagroso Niño para protección:
Gloriosísimo niño de Atocha,
Área Soberana del Santuario Supremo,
yo te saludo y alabo en esta oración y te ofrezco:
Tres Padres Nuestros y Tres Ave María con Gloria Patri «gloria al Padre»
en memoria del primer instante o momento en que el divino Espíritu,
dispuso tomaras posesión en el virginal vientre de María Santísima,
tú querida madre y fue anunciada del Arcángel San Gabriel,
y por el gozo, que recibió cuando le dijo:
Dios te salvé María llena eres de gracia, el señor es contigo y bendito es el fruto de tu vientre purísimo.
De cuyo tálamo saliste para ser amparo de los atribulados,
consuelo de los afligidos, visitador de presos y
único remedio de los desdichados
y por aquella primera jornada que hiciste
oculto en el citado tálamo,
desde Nazaret hasta el Monte Tabor,
donde después de tu crecida edad,
lograste el misterio de tu transfiguración y
le enseñaste a tres discípulos tu gloria,
te pido amorosísimo Niño de Atocha,
me sea concedido lo que pretendo en esta oración
dándome el feliz despacho de mi súplica y solicitud,
para lo cual interpongo los méritos del coro de los santos Ángeles,
pues a estos espíritus soberanos
dispusiste que guardasen a los hombres,
espero tu intersección para no salir desconsolado y
lograr una perpetua amistad para contigo
y alcanzar una feliz muerte para
gozarte en las delicias de tu gloria.
Amén
Que en esta poderosa Oración al Santo Niño de Atocha encuentres el alivio a tus tristezas, la solución a tus problemas y la fuerza necesaria para seguir adelante.
Ten fe, y alcanzarás lo que deseas.