El ángel de la guarda es el ser que nos acompaña desde el momento en que somos concebidos.
Este, lucha con nosotros todas las batallas en las que nos enfrentamos, es aquella compañía que nos hace estar seguros y dejar a un lado los miedos, desterrando la soledad hacia el olvido.
En ciertos momentos de la vida el ángel de la guarda es aquella voz interior que nos aconseja y nos asiste en el momento de tomar decisiones, brindando sus brazos para darnos apoyo y fortaleza.
En las noches cuando soñamos que caemos por un barranco y despertamos con un salto, es señal de que el ángel de la guarda se ha alejado momentáneamente de nosotros, para quizás cumplir una tarea vitalmente priorizada.
¿Cuándo invocar el poder de nuestro Ángel de la Guarda?
Antes de dormir y al despertar se debe invocar la protección del ángel de la guarda, pues este se acercará aún más a nosotros para escuchar nuestra voz y de este modo su energía astral nos irradiará de un modo más fuerte, estrechando su lazo filial con cada uno de nosotros.
La plegaria al ángel de la guarda es una oración en la que se agradece la labor protectora de esos seres que incansablemente velan por nuestra seguridad.
Esta puede ser usada para evocar a los mismos o para llamarlos en ocasiones especiales o ante el peligro
Esta oración ha sido usada a través del tiempo en el desarrollo de las misas espirituales, con el fin de que estos seres alados se acerquen a la mesa y trasmitan sus enseñanzas a los humanos.
Mediante la plegaria se pide:
- La obtención de fuerza, indulgencia, conciencia y valor,
- a la par que se recalca la necesidad que tenemos de su protección.
Plegaria al ángel de la guarda, una invocación poderosa
Espíritus muy amados ángeles guardianes vosotros a quienes dios en su infinita misericordia permite velar sobre los hombres, sed nuestros protectores en las pruebas de nuestra vida terrestre.
Dadnos fuerza, valor y resignación, inspirándonos indulgencia todo lo bueno, detenednos en la pendiente del mal, que vuestra dulce influencia penetre en nuestra alma,
Haced que conozcamos que un amigo sincero que está aquí, cerca de nosotros, que ve nuestros sufrimientos y toma parte en nuestros goces.
Y vos, mi ángel de la guarda, no me abandonéis, tengo necesidad de vuestra protección para sobrellevar con fe y amor las pruebas que dios quiera enviarme.