El Pataki del Orisha Oranmiyán ¿Cómo se creó la tierra firme?

Quizás no sea Oranmiyán uno de los Orishas más conocidos del panteón yoruba. Sin embargo, su culto es sumamente importante por adjudicársele a él, la creación de la tierra firme.

Este Orisha es hijo de Oduduwá y se le considera creador, dueño y defensor de la tierra firme, pues según el mito, al principio todo era cielo hasta que él contribuyó a formar la superficie de la tierra y a defenderla.

Es medio hijo de Oduduwá y medio de Oggún el dueño del hierro, por lo que tiene poderes combinados de estas poderosas deidades, son pocos los que realmente conocen todos los secretos que contiene su culto.

Oranmiyán representa el firmamento, la lucha por los ideales y la permanente defensa.

Historia del príncipe Oranmiyán, el defensor de la tierra

Cuenta este patakí que un día el dios de los metales, Oggún, arrasó una aldea y raptó a una doncella que hizo su mujer, pero Oduduwá, Orisha de los misterios, también luchó por ella, enamorado ciegamente de la joven y finalmente la hizo suya.

Por eso, producto de aquellos confusos amores, nació Oranmiyán, medio hijo de Oggún y medio hijo de Oduduwá, mitad blanco y mitad negro.

Oranmiyán fue considerado el creador de la Tierra, pues se dice que cuando solo existía el cielo, Olodumare creó entonces siete príncipes coronados, que se repartieron todas las riquezas.

Oranmiyán era el más pequeño de los príncipes y por ser el último en la repartición solo le dejaron una bolsa con una sustancia oscura, veintiuna barras de hierro y una gallina.

Pero el joven no se quejó y esparció la sustancia oscura sobre las aguas. Así surgió primero un montículo de tierra firme en el que la gallina se posó.

Luego la gallina en aquella elevación de tierra comenzó a escarbar, agrandándolo cada vez más. Así surgió la tierra firme, de la mano de este Orisha.

Los príncipes viendo la inmensa creación de su hermano pequeño, quisieron apoderarse de la tierra, pero Oranmiyán transformó las barras de hierro en lanzas y flechas y así defendió la tierra, espantando a los otros hermanos y brindando protección.

Estos finalmente lo reconocieron como el señor y dueño de la Tierra. Por eso a pesar de ser un Orisha menor, su culto es tan importante en la religión yoruba.