Oyá es una de las deidades de la religión yoruba más populares, debido a su temperamento y a su ímpetu de guerrera.
Yanza, como se le conoce en la Santería o Regla de Osha también se le relaciona con deidades católicas sumamente veneradas por los devotos como la Virgen de la Candelaria y Santa Teresa de Jesús.
Esta santa es una advocación mariana a la que se evoca en numerosas partes del mundo, sobre todo en España, para pedir luz y bendiciones.
Características de Oyá Yanza: Tempestad e ímpetu divino
- Oyá, es la diosa de las tempestades y del viento fuerte que la precede.
- Orisha femenina de intenso carácter a la que se le dice Efuele ti’ da gi l’oke-l’-oke (el viento que arrasa y arranca los árboles desde la cima).
- Se le venera y se le respeta inmensamente, debido a que es uno de los pocos orishas que pueden dominar a los Eggunes (espíritus de los muertos), facultad que le fue concedida por Babalú Ayé.
Por ello posee poderes relacionados con la adivinación y la clarividencia, y con ellos les concede a sus hijos y seguidores su guía, para que siempre sigan el camino correcto.
- Se dice que Oyá es una guerrera poderosa e impulsiva, autoritaria pero sensual, de temperamento muy fuerte, dominante e impetuoso.
- Es la dueña de la puerta del cementerio y siempre permanece en el camposanto junto a sus hermanas muerteras Obba y Yewá.
- Junto a otros poderosos orishas del panteón yoruba como Elegguá, Orula y Obatalá domina los cuatro vientos.
- A Oyá también se le conoce con el nombre de Yànsá del Yorùbá Iyámsá (Iyá: madre -Omo: hijos – Mesá: nueve) por ser madre de nueve Egguns, según cuentan las leyendas yorubas.
- La diosa de las tempestades y del terrible viento que las precede se asocia con varios fenómenos atmosféricos, tales como:
- La centella,
- el arcoíris
- la tromba de viento,
- el rayo
- los vientos
Por ese inmenso poder, mucho se le reza para la protección ante fenómenos meteorológicos.
- Oyá es la dueña de la centella, mujer femenina, apasionada y aguerrida, que protege a sus hijos y fieles ferozmente, pero que también les exige inmenso respeto.
Ella a cambio siempre ofrece protección, seguridad y guía para que sus devotos alcancen todas sus metas.
- Representa la reencarnación de los antepasados por su relación con la muerte y la falta de memoria y el sentimiento de pesar en la mujer, que le hicieron irse a vivir al cementerio, lejos de los otros.
Historia yoruba de Oyá y Babalú Ayé, el poder sobre los Muertos
Los poderes de Oyá y Babalú Ayé, Orisha de las Pestes y Enfermedades, se entrelazan en numerosos cultos, y se dice que ambas deidades son muy cercanas.
Según cuenta un patakí yoruba, un día estaban todos los orishas danzando y Babalú Ayé solo miraba, mientras se escondía detrás de la puerta con temor a participar de la fiesta.
- Oggún lo vio y preguntó a su madre Yemayá:
- ¿Por qué se esconde mi hermano?
- A lo que ella le respondió que Babalú no quería mostrar sus llagas.
Entonces Oggún salió, tomó a su hermano y le hizo la vestimenta que lo hace característico con pajas de la costa, para que ocultara sus llagas.
Babalú Ayé se armó de valor y volvió a la fiesta y comenzó a danzar junto a los otros Orishas, pero estos al verlo escaparon despavoridos y lo dejaron bailando solo.
La bella Oyá al ver aquello, se ubicó al lado de Babalú Ayé danzó con él, levantando un viento, que se llevó las pajas de la costa de la vestidura del Orisha y lo mostró a sus hermanos con un rostro y cuerpo hermosos.
Entonces todos sus hermanos se levantaron y fueron a danzar junto a él. Se dice que en agradecimiento a Oyá, Babalú Ayé le dio el poder sobre los muertos.
También por eso muchos dicen que ella danzó con la muerte y la venció.
¿Por qué Oyá es madre de Eggunes? Historia de Oyá en la Santería
Cuenta la leyenda que Oyá no podía tener hijos y fue a consultar a Orula, quien le indicó hacer sacrificios.
También le dijo que uno de los motivos por los que no tenía hijos, era porque ella no respetaba su prohibición alimentaria, que le prohibía comer carne de carnero.
El sacrificio que Oyá estaba constituido por 18.000 caracoles de mar, muchas telas coloridas y carne de carnero.
Con la carne Orula preparó un remedio para que ella lo comiera; y después nunca más debería comer de esa carne.
En cuanto a las telas, deberían ser entregadas como ofrenda.
Ella lo hizo y, tiempo después, dio a luz nueve hijos y pasó a ser conocida por el nombre de «Iyá omo mésan» o Iyansan, que quiere decir «la madre de nueve hijos”.
¿Cómo atender y pedir el favor de Oyá Yansa?
Al atender a Oyá en la Santería, llevarle ofrendas al cementerio o al colocarlas en un altar de veneración, debemos recordar que su número es el 9 y sus múltiplos, y que sus colores representativos son:
- El rojo vino,
- marrón o carmelita,
- todos los colores excepto el negro.
Ofrendas dedicadas a la Orisha de los Mercados
Se le ofrendan alimentos y frutas de colores ocre fundamentalmente como:
- La berenjena y la batata,
- plátano indio, uvas y coco
- bollos de frijoles de carita, arroz blanco con berenjena,
- manteca de corojo, manteca de cacao, maíz tostado.
- En algunas ceremonias se le inmolan chiva, gallinas, gallinas de guinea y palomas.
Consejos para invocar a la diosa Yanza:
Cuando decidimos rezarle para pedir su favor o agradecerle sus bendiciones, debemos recordar que es una deidad símbolo de sentimientos puros, por lo que nunca debemos acudir a ella con falsas intenciones.
Oyá valora el amor sincero de sus devotos y ayuda a aquellos que acuden a pedir su favor desde el respeto.
Además, es una Orisha que se muestra firme y tenaz en sus propósitos y no se detiene en cuanto a sacrificios y trabajo duro, por lo que sus hijos deberán mostrarle igual fortaleza de espíritu para que ella los considere dignos de sus bendiciones.
Ella detesta la mentira y aquel que quiera engañarla, conocerá su furia.
Por tanto, debemos rezarle siempre a Oyá Yansa con sinceridad.
Rezo corto para Oyá rogando su ayuda y protección
Podemos invocarla para que nos escuche con la siguiente oración traducida del Yoruba:
Oyá tu eres mi madre, que con tu Iruke devuelves la salud,
Eres la brava Oyá, y te invoco pues necesito tu ayuda,
Te ofrezco nueve berenjenas, que serán hervidas en vino tinto,
Tú eres mi tienda de comer, y estás a mi lado,
Tú que estás nueve días en el cielo,
Eres el viento de muerte y el alto remolino,
Reina en todos los mercados, los espíritus te pertenecen,
Era dueña de la enfermedad, tu cara bonita, santa de la raya,
Dueña de los vientos y que entiende todo.
Madre mía concédeme lo que te he pedido,
Tú que eres mujer de mucho poder.