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¿Por qué los Orishas no pueden engañar a Orula? ≫ Pataki

Pacto de Orula

Orula es considerado el primer profeta del mundo, enviado por Olodumare el Dios Supremo para controlar la evolución de todas sus creaciones. Su nombre, Orunmila, significa “solo el cielo conoce quiénes se salvarán

Es el Orisha de la adivinación, el oráculo supremo y revela el pasado, el presente y el futuro a través del secreto de Ifá. Solo él permite la comunicación de los hombres con todos los orishas mediante métodos adivinatorios que muestran el porvenir de los devotos y lo que deben hacer para superar el mal y enfrentarlo con éxito.

Orunmila, como adivino y dueño del oráculo, tiene la posibilidad de influir sobre el destino de los hombres en la tierra, aunque este sea el más adverso su sabiduría es capaz de solucionar cualquier problemática en la vida.  

Y es que Orula todo lo sabe y todo lo ve, nadie puede engañarlo. Aquellos que no acatan sus consejos pueden ser víctimas de los Osogbos, maldiciones y energías negativas enviados por Eshú, la deidad que rige lo malévolo, y padecer fuertes consecuencias.

Pataki: Shangó, Oggún y Ochosi hacen un pacto con Orula

Cuenta este patakí que hubo un tiempo en que la tierra sufría de mucha escasez y los orishas no contaban con los alimentos suficientes para poder subsistir.

Sin embargo, el sabio Orula vivía holgadamente, pues los aleyos que consultaba le proveían de alimentos y de muchos animales.

Ante la desesperada situación, se reunieron Shangó el rey del trueno, Ogún el dueño del hierro y el justiciero Ochosi y acordaron proponerle un pacto a Orula para solucionar la situación que todos atravesaban.

Ellos saldrían a cazar y compartirían con el adivino el resultado de su trabajo, y así no les faltaría el sustento diario. Orula que vivía mejor, aceptó gustoso.

La cacería y la mentira de Oggún y Oshosi

Al otro día los tres Orishas salieron al monte a cazar algunos animales para poder alimentarse y compartir según lo pactado.

El guerrero Ogún, que había salido primero, encontró un chivo, pero como esperaba poder cazar otros animales y era mucha su hambre, se lo comió.

Luego Ochosi, con su destreza del arco y la flecha pudo capturar una jutía, pero también se la comió con la esperanza de conseguir algo más con sus aptitudes de buen cazador y dueño del monte.

En último lugar iba Shangó, que solo cazó un ratón y se lo guardó en el bolsillo. Los demás no pudieron cazar ningún otro animal en todo el día.

El castigo de Orula ante el engaño

Cuando los tres cazadores llegaron a casa de Orula, el único que pudo rendir cuentas de su cacería fue Shangó.

Ogún y Ochosi dijeron que no habían podido conseguir nada, pero a Orula nadie le engaña y sacó una canasta y les dijo “Arrójenlo todo aquí”.

Así Oggún y Ochosi vomitaron lo que habían comido y se quedaron pasando hambre, mientras que Shangó y Orula mantuvieron su trato.

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