¡Cuidado con lo que se adivina! ≫ Pataki de Oddi Leke

Oddi Leke es el signo de Ifá que se encuentra acompañando a Ika Fun odun principal según la letra de este año 2021.

En aras de conocer más sobre esta letra testigo les comparto este pataki el cual es muestra de por qué durante los próximos doce meses debemos ser cuidadosos con lo que se adivina.

Se recomienda al pueblo religioso de Cuba y del mundo evitar la curiosidad y las habladurías para de este modo no atraer osogbos hacia nuestra vida.

Pataki de Orula y sus dones de adivino en otras tierras

Cuando Orunmila llegó a nuevas tierras sus dones de adivino no eran tan populares y muchos ponían en tela de juicio su buena fama.

Por tal motivo comenzaron a esparcirse los rumores de su magia entre los lugareños quienes se mostraban ansiosos por conocer hasta qué punto llegaba el alcance del gran adivino.

Entre la muchedumbre se encontraba un mayombero y su esposa, quienes sin mostrar mucho interés por lo que acontecía continuaron camino a casa haciendo oídos sordos a las habladurías.

Una vez allí la esposa le preguntó a su marido que creía respecto a Orula a lo que este contestó no tener una opinión concreta, pero de igual modo era un asunto que a ellos no les concernía.

Este le pidió a su compañera olvidar dicha cuestión y continuar su vida como si la llegada del forastero al pueblo nunca hubiera sucedido.

La curiosidad en busca de la verdad…

La mujer invadida por la curiosidad no pudo conciliar el sueño esa noche y mientras su esposo dormía planeó en secreto acudir a la mañana siguiente a la casa del gran adivino, pues esta deseaba comprobar si se encontraba en la presencia de un farsante o de un gran hechicero.

Cuando su marido partió a realizar sus labores la joven mujer emprendió su viaje rumbo hacia la casa de Orumila.

Una vez allí pidió al oráculo que la consultara y este en la estera de adivinación le predijo mediante el don de la adivinación la existencia en su cuerpo de una marca íntima que solo ella y su esposo conocían.

La mujer sorprendida partió de regreso a su casa, ansiosa esperó la llegada de su esposo para contarle lo acontecido.

Tras una copiosa cena la joven contó a su esposo lo certero de los dones de Orula.

Este no creyó una sola palabra a su mujer, cegado por los celos y la rabia partió a la casa de Orumila portando un machete para ajusticiar el acto infiel que se había cometido y así vengar su nombre.

Orula quien ya sabía lo que iba a ocurrir se realizó un ebbó (limpieza) y subió a la habitación más alta de la casa para librarse de Ikú (muerte).

A su llegada el mayombero no encontró al adivino en el primer nivel de la casa por lo que decidió ascender hacia la segunda planta.

Subió tan apresurado que no fue capaz de percatarse que el piso se encontraba embarrado de manteca de corojo por lo que resbaló y se clavó el arma poniendo desde ese momento fin a su vida.