Este odun relata la vida de Ogbe Wale quien era leñador en su pueblo, todos los días partía muy temprano hacia la plaza llevando su madera para comerciarla.
Este era muy próspero en la rama maderera por lo que su producto estaba siempre en la preferencia de los compradores, hecho que molestaba grandemente a su competencia.
Pataki del comején y la madera
Sus enemigos al percatarse que este era un rival duro a batir decidieron unir fuerzas para acabar con su negocio y así hacerse ellos con la prosperidad de Ogbe Wale.
Decididos entonces en destruirlo una tarde lo siguieron de regreso hasta su casa para así descubrir donde Ogbe Wale guardaba su madera.
El leñador que era un hombre precavido vivía en el corazón del monte.
Su casa se encontraba oculta entre los árboles, la había construido tan estratégicamente que ni el mismo Olofin sabía dónde se encontraba.
Un día se percató que lo seguían y comenzó a tomar atajos en el monte de forma tal que despistó a los que lo perseguían.
Los enemigos no contentos con esto montaron una guardia en cada trayecto del monte.
¡Hay que cuidarse del enemigo y los malos ojos que acechan!
Tanta fue su insistencia que en una oportunidad cuando el leñador no se lo esperaba dieron con su casa y llenaron su plantación de árboles de plagas y la madera que ya estaba lista para ser vendida también fue víctima de tan vil sabotaje.
A la mañana siguiente Ogbe Wale sin sospechar nada de lo sucedido tomó la madera y partió hacia el mercado como todos los días.
Al llegar a su puesto, los compradores ya lo esperaban ansiosos, y para el final del día ya lo había vendido todo.
De repente sin que Ogbe Wale se lo esperara uno a uno de sus clientes le fue devolviendo lo comprado, acusándolo de estafador.
De este modo los enemigos del leñador perjudicaron su negocio y su reputación, ganándole todos los clientes a Ogbe Wale.
Consejos de Ifá sobre Ogbe Wale.
En Ogbe Wale la persona es vigilada por sus enemigos quienes asechan sus movimientos para aprovecharse de cualquier descuido que este tenga con tal de perjudicarlo.
En este odun el religioso debe ser desconfiado y reservar sus proyectos y secretos para sí mismo, pues muchas personas a su alrededor lo envidian y le desean el mal.
Se recomienda siempre estar al pendiente de su trabajo y casa pues de esta forma podrá supervisar de cerca cada suceso que acontezca en estos lugares evitándose en el futuro sufrir un bochorno.