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La caza del ave favorita de Olofin condenó a Oshosi a una gran pérdida

Pataki de Oshosi y su madre

Relata la leyenda que en cierta ocasión Olofin se encontraba en búsqueda de su ave favorita, la cual se encontraba alejada de su palacio desde hacía varios días.

El gran Orisha anhelaba tanto observar a su bello pájaro que ofreció la mano de su hija en casamiento al hombre que le devolviera la dicha de volverlo a contemplar.

El Pataki de Oshosi, la justicia y su amada madre

La flecha de Oshosi mata a su madre

Oshosi quien se había enamorado en secreto de la princesa, decidió tomar la oportunidad que Olofin ofrecía y capturar al ave con el fin de desposar a la hija del rey.

Este contaba con una ventaja que los otros pretendientes carecían, pues Oshosi como gran cazador conocía a la perfección cada palmo del bosque.

Impulsado por la fuerza del amor el cazador emprendió su búsqueda, no tardó mucho tiempo para que el diestro Oshosi encontrara el ave sagrada. La resguardó en el interior de su jolongo junto a otros regalos que llevaba para ofrecérselos como dote a su futura esposa.

Ansioso por tomar su recompensa Oshosi llegó al palacio del rey y sin una alargada charla le entregó el morral para que el mismo Olofin tomara su pájaro consentido.

Cuál sería su sorpresa al percatarse que el ave había desaparecido, desorientado el cazador no hallaba explicación alguna para lo que sucedía pues estaba convencido de sus actos.

Oshosi lanza la flecha de la justicia con sed de venganza

El Orisha cazador fue invadido por la cólera, su pensamiento solo podía enfrascarse en vengar la burla que había sufrido.

Con el fin de encontrar al culpable de tan infame acto, accedió al punto más alto del palacio, una vez allí tomó entre sus manos su arco y una de sus flechas y a esta encargó la difícil tarea de cazar al culpable del desafortunado acontecimiento.

La flecha cursó el cielo llegando hasta la plaza del reino, donde atravesó el corazón de una mujer que realizaba la compra.

Todos al ver lo sucedido quedaron impactados pues reconocieron en un abrir y cerrar de ojos las características de la flecha de Oshosi, lo que no podían explicarse era como esta le había robado el último aliento a la propia madre del cazador.

Jamás se debe lanzar una flecha sin pensar en las consecuencias…

Minutos después llegó Oshosi a la plaza y reconoció a su madre la que yacía sin vida sobre el suelo, entonces arrepentido pudo comprenderlo todo, ya que esta había tomado por error el ave para elaborar un guiso con el fin de festejar la llegada de su hijo, justo cuando este había dejado el jolongo sobre la estufa de su hogar como acostumbraba hacer.

Desde ese día el cazador medita sus decisiones y jamás ha vuelto a lanzar una flecha sin pensar antes en las consecuencias que puede traer esto para su vida.

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