NO escuche cantos de Sirenas ¡Guíese por su propia cabeza!

La sirena es la hija legítima de Olokun, esta criatura mitad mujer y mitad pez acompaña a su madre y custodia su castillo, el que se encuentra muy lejos de la vista humana enclavado en el fondo del océano donde no llega la luz del sol.

Numerosos testimonios existen sobre la existencia de estas criaturas, aunque hasta nuestros días no se han podido demostrar la veracidad de dichos testimonios con hechos concretos.

Pataki: La Historia de cómo la hija de Olokun hechizó a Orula

Relata el pataki que en cierta ocasión una de las hijas de Olokun salió a la superficie oceánica logrando divisar tierra firme.

Tanto le gustó el paisaje costero que llegó hasta la orilla de la playa y se tendió sobre el arrecife, comenzando a cantar una armónica melodía que incitaba a los timoneles que se acercaban a puerto a redirigir su curso a mar abierto incluso cuando sabían que no tendrían combustible para regresar.

Orumila quien se dedicaba a las labores relacionadas con el mar y la pesca debía zarpar para buscar el sustento de su hogar, antes de hacerlo decidió registrarse para ver cómo sería su día.

Orula no sigue la palabra de Ifá y sufre las consecuencias

Entonces le salió un odun donde Ifá le advertía que su vida corría grave peligro por lo que debía mantenerse alerta.

Justo antes de salir hizo una parte del ebbó que se le había indicado pensando en completar el resto a su regreso, tomó sus pertenecías y salió a navegar.

Iniciado su trayecto el mar parecía tranquilo, al caer la noche de regreso a la costa escuchó una seductora melodía que lo incitaba a regresar a mar abierto.

Pero él no veía de dónde provenía el cantar que lo envolvía de forma sublime y por mucho que trató de esforzarse para descubrir a su autor no fue capaz de divisar nada.

El que NO hace Ebbó puede caer en desgracia

Intrigado y desesperado por descubrir quién era el cantante, se descuidó dejando a su suerte la dirección del bote, enredado por las olas la pequeña nave se estrelló brutalmente contra el arrecife y Orumila cayó al agua.

Este quedó atontado por el golpe y aunque en su interior quería luchar en contra de la música que lo extasiaba no podía hacerlo porque le parecía consoladora.

De repente sintió que algo lo sujetaba y cada vez el sonido se hacía más cercano y seductor.

A la mañana siguiente encontraron el cuerpo de Orula sin vida en la orilla de la playa.

Enseñanza de este pataki para todos los religiosos “NO escuchar cantos de sirenas”

Este pataki incita al religioso a “no escuchar cantos de sirenas”, lo que se traduce en chismes, malos consejos y falsas promesas.

Pues a veces los mal llamados amigos pueden intentar envolvernos con patrañas que a la larga son perjudiciales y sugerencias nefastas que harán que tomemos malas decisiones.

Se recomienda al devoto meditar sus planes antes de llevarlos a cabo y a sacar conclusiones por su propia cabeza.