Relata el pataki que en cierta ocasión Orumila el gran adivino de Ifá buscaba una tierra para establecerse, el sabio Orisha deseaba hallar una región que fuese distinta a las demás, por lo que decidió recorrer el mundo en función de este propósito.
Orula recorre otras tierras…
Al principio de su trayecto llegó a un pueblo donde todos eran monos y vivían balanceándose sobre las lianas y comiendo plátanos, hecho que no despertó la curiosidad de Orula por lo que decidió continuar su camino.
Posteriormente hizo entrada en un reino majestuoso de gran belleza, este era gobernado por elefantes y todos actuaban con excesiva serenidad, ambiente que tampoco combino a las necesidades del adivino.
Después de un largo recorrido, encontró un pueblo donde vivían los gallos, las gallinas, los pollones y los pollitos y se sintió a gusto en esta región por lo que decidió quedarse.
El adivino decide quedarse en el pueblo del Gallo
A su paso por el pueblo se entrevistó con unos pollitos a los cuales pidió que lo llevasen a su casa.
Orumila llegó a casa de los pollitos donde encontró a la gallina quien lo recibió cortésmente.
Esta le preguntó al Orisha cuáles eran sus intenciones, a lo que este respondió que deseaba establecerse en dichas tierras, esta sobresaltada se negó a recibirlo en su casa y casi que lo invitó a retirarse desenfrenadamente.
Orula se marchó contrariado pues no podía explicarse la actitud de la gallina, en el camino hacia el pueblo se encontró al gallo quien al enterarse de lo acontecido se disculpó con el adivino y lo invitó a regresar a su casa.
En agradecimiento al Gallo, Orunmila toma una decisión:
Cuando la gallina vio que su esposo regresaba acompañado de Orula armó un gran revuelo, se insultó y le dijo claramente al gallo que si Orula se quedaba en su casa ella se iría llevándose consigo a los pollitos, a lo que este contestó que se fuera y así lo hizo.
Pasadas unas semanas la gallina molesta observaba que el gallo no venía a disculparse con ella y comenzó a lanzarle brujerías para perjudicarlo, pero como el gallo vivía con Orula no le afectaban esos maleficios.
Orumila al percatarse de las malas intenciones de la gallina decidió darle una lección y desde ese día en agradecimiento al gallo, el Oráculo decidió que no comería más gallo, sino que sería la gallina la que ocuparía su lugar.
Como en esa tierra las gallinas eran negras, así nació la tradición de inmolarle a Orula dichos animales.