En la Regla de Osha los santeros no deben mojarse la cabeza con agua de lluvia. Y ciertamente vemos a muchos practicantes de la religión yoruba que siempre acarrean sombrillas para protegerse de cualquier chubasco ocasional.
Y es que esa es una de las prohibiciones primeras para todo creyente de la Regla de Osha, pues la lluvia debilita el ori, y disminuye la influencia del ángel de la guarda de cada persona.
¿Qué es el Ori?
Recordemos que el Ori, la cabeza de una persona en su modo más espiritual, enlaza la suerte con la conducta, en la determinación del individuo.
Ori también está considerada como la deidad universal de la casa, adorada por ambos sexos como dios del destino. Y, sobre todo, lo que Ori decide, ningún otro Orisha lo puede modificar.
Es aquella deidad que gestiona la buena suerte o mala fortuna, de ahí que se le ofrezcan sacrificios para que todos puedan compartir la buena suerte.
Y como el agua de lluvia en la cabeza puede debilitar el Ori, ningún santero debe exponerse a tal problemática.
Pero… ¿por qué los santeros no se pueden mojar con el agua de lluvia? ¿Qué cuentan las historias y leyendas yorubas sobre este tema? Conozcamos el siguiente patakí.
Patakí de los Orishas y el agua de lluvia
Cuenta el patakí que cuando los hijos de los orishas bajaron a la tierra, no fueron a buscar a Ajala (la lluvia) para que este alimentara sus cabezas.
Al contrario, ellos bajaron apurados del cielo a la tierra para reclamar sus posesiones. Pero el hijo de Orunmila sí recordó buscar a Ajala para que este reforzara su cabeza.
Así, cuando los hijos de los Orishas iban llegando a la Tierra comenzó a caer un fuerte aguacero. Y al caerles el agua de la lluvia, sus cabezas comenzaron a derretirse.
Solo la cabeza del hijo de Orunmila se mantuvo fuerte. Por ello los santeros no se mojan la cabeza con agua de lluvia, y aunque esta representa bendición y abundancia, también debilita nuestro Ori y por ello todo practicante de la religión yoruba debe protegerse de ella.
El agua de lluvia en el proceso de consagración
Muchos de los que vemos acarrear la sombrilla para protegerse del agua de la lluvia, son aquellos religiosos que aún están pasando por su proceso de consagración de un año, los Iyawó. En el periodo de Iyaworaje, el ángel de la guarda está uniéndose a nuestro ori y mientras no se complete el proceso, el agua de lluvia puede debilitarlo.
Si por casualidad en ese tiempo nos cayera agua de lluvia en la cabeza, es necesario hacer una rogación (limpieza), para suplicarle a Ori que perdone la interrupción y nos ayude a seguir el proceso de asiento del Oricha tutelar.