Consejos de Ifá a través del signo Ika Iwori ¡Haga ebbó y NO sea confiado!

Ambos patakis pertenecientes al signo Ika Iwori advierten de la necesidad de no ser confiados en las intenciones de las personas.

A la par que indican la necesidad de apegarse a los consejos de Ifá que alertan en este odun de personas aprovechadas y ventajistas.

También ponen en claro la necesidad de hacer el ebbó completo y vivir de manera organizada y responsable, teniendo en claro el viejo refrán que cita:

En la confianza está el peligro.

Pataki donde el murciélago pudo volar, pero el Ebbó fue incompleto

El murciélago vivía muy triste y solitario, las personas se burlaban de él e incluso lo agredían confundiéndolo con un ratón.

Un día cansado de tantas humillaciones partió hacia casa de Orunmila para que este le proporcionara algunos consejos a través de Ifá.

Orula consultó al murciélago marcándole el odun Ika Iwori mediante el cual le indicó un ebbó en el que debía proporcionarle unas sábanas entre otros elementos.

Con el fin de confeccionarle unas alas para que pudiese defenderse de los enemigos y tener una vida más fácil.

El murciélago gustoso buscó algunos de los ingredientes para auspiciar la ceremonia y una vez fue realizada le salieron las alas y pudo volar.

El mamífero pensaba que ya no necesitaba más nada para ser feliz, por lo que no volvió nunca más a regresar al pie de Orula.

Sin percatarse que al no hacer el ebbó completo le faltó obtener la fuerza necesaria para emprender largos viajes, necesitando de Ifá para llevar una vida mejor.

La Codorniz fue despojada de su hogar por confiarse demasiado de una amistad

La perra y la codorniz eran comadres, compartían mucho tiempo juntas y se contaban todos sus secretos siendo confidentes más que amigas.

Al paso del tiempo la perra quedó embarazada y no tenía lugar para pasar la gestación con tranquilidad por lo que fue a casa de la codorniz para que la acogiera, esta al ver a su amiga en aprietos decidió ayudarla y la acogió.

Cuando fue el tiempo propicio para dar a luz la perra se encontraba débil y la codorniz al ver que los cachorros eran muy pequeños se apiadó de la perra.

A pesar que tenía la necesidad de que se marchara no se lo pidió y decidió ajustar su forma de vivir por más tiempo con tal de que su comadre estuviese cómoda.

Luego de unos meses la convivencia con la perra era insoportable, llegando a entrometerse en todos los asuntos de la codorniz.

Esta amablemente le pidió a la misma que se retirara, en ese momento la perra se enfureció agrediendo a la codorniz.

El ave al ver esto supo que su amistad había terminado y al percatarse que la misma no quería desalojar la casa se vio en la penosa necesidad de acudir a la justicia para que estos tomaran cartas en el asunto.