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La leyenda de Ana, la bruja de Remedios que ponía los pelos de punta

Bruja de Remedios

El siglo XIX aportó sobre Remedios un sinfín de leyendas que relatan apariciones y posesiones demoníacas, las que guiadas por el dominio popular y las tradiciones religiosas se vieron enriquecidas con el afán de perdurar en el acervo social.

  • San Juan de los Remedios, más conocida como Remedios, es un municipio y ciudad ubicada en el centro de Cuba, perteneciente a la provincia de Villa Clara.

Historia de Ana de Rojas, la que siempre llevaba una vela entre sus manos

Ana de Rojas fue una joven nacida en cuna de oro, pues su familia era reconocida como una de las fundadoras de la villa.

Pero como todas las historias, esta no trata sobre una joven de la alta sociedad, sino de lo que se convertiría al decursar de los años, pues como ya mencionábamos anteriormente la familia de Ana dispusiera para esta una casa que por falta de arreglos y preocupaciones se transformó en una mansión en penumbras.

La mujer de mal aspecto y pocos hábitos higiénicos, salía de su casa cada día portando una vela encendida entre sus manos.

En sus andanzas, Ana iba por el pueblo desvariando y en ocasiones lanzaba gritos de lamentos que ponían a más de uno los pelos de punta.

Al paso de los años la ya anciana mujer, era una fiel devota de la Iglesia Católica, por lo que no era de extrañar que el fin de sus hazañas se viesen detenidas en la puerta de la Iglesia.

Lugar donde una de las empleadas más antiguas de la familia iba a recogerla por caridad, trataba de alimentarla y luego la conducía hasta su vivienda en ruinas, donde continuaba con sus lamentos.

La vida después de la muerte, una de las obsesiones de Ana

Se cree que Ana enloqueciera en su juventud, tras dedicar casi el cien por ciento de su tiempo a arreglar la Iglesia Local, creando consigo una especie de obsesión por el esoterismo y la vida después de la muerte, garantizando con sus acciones sacrificadas un lugar digno en el cielo.

Labor que se viera en decadencia con el deterioro del templo y la falta de recursos para repararlo.

Los pobladores de Remedios no estaban contentos con Ana, por lo que pidieron a las autoridades que la recluyeran en su vivienda, hecho que con el decursar del tiempo contribuyese a su continuo deterioro, por lo que la anciana se volvió más arisca y trastornada.

Debido a sus gritos, su aspecto personal y su estilo de vida, Ana fue bautizada como la bruja de Remedios.

Siendo recordada por los más viejos en sus apariciones merodeando la iglesia y las calles del pueblo, portando siempre consigo la vela que alumbraría su camino hacia la dicha eterna de penetrar con fe en el reino de los cielos.

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