Entre los episodios de terror más hablados del siglo citamos la presencia de un asesino residido en Holguín, provincia cubana, que se encargó de causar furor entre los pobladores provincianos.
El Manco de Auras y su macabra leyenda
El conocido como el Manco de Auras, se encargó de silenciar el latido de muchos corazones por el puro placer de ver correr la sangre.
Fue su temperamento frío y su falta de escrúpulos lo que hizo que se ganara el sobrenombre del diablo.
Auras era un pueblo respetado por el trabajo duro de sus pobladores, quienes con sacrificio se ganaban su sustento.
Aquí se asentaron numerosos emigrantes entre ellos un malagueño nombrado Rondán, quien por sus actos despiadados protagoniza esta historia.
Al establecerse en Holguín, Francisco Rondán Rodríguez comenzó a instaurar negocios, los que no demoraron mucho en florecer y más tarde lo hicieron convertirse en uno de los hombres más pudientes de la zona.
Pero como recoge el epitafio, el dinero no compra la bondad, este hombre por sus actos parecía tener el corazón esculpido en piedra.
Los misterios que rondaban la Casa Larga
Entre sus fuentes de ingresos se encontraba un mesón llamado Casa Larga, el que se convirtió en el epicentro del resto de sus negocios truculentos.
Entre los que podemos citar el tráfico de licor y esclavos, los asaltos y asesinatos a personas pudientes que se hospedaban en su auspicio y la prostitución.
Casa Larga se encontraba colindante con otros terrenos de Rondán, siendo su sótano considerado como una verdadera cámara de torturas, donde existían números artilugios punzo cortantes, ratas y demás desechos.
Cuando llegaba a su pensión algún hombre o mujer adinerada el diabólico los invitaba al sótano a jugar póker por dinero y si casualmente le ganaban, su fin no era otro que ser devorados por la casa, siendo sepultados luego en cualquier terreno aledaño.
Rondán tenía un cómplice que se encargaba de encubrir todos sus sucios actos, el cual se presume que fuese el barbero local.
De este modo la fortuna de los asesinos fue creciendo y con esta su número de víctimas.
Era más malo que el mismo diablo El Manco Rondán
En cierta ocasión Rondán se involucró en una pelea, hecho que le costó una de sus manos, por este motivo fue llamado el manco de Auras.
El manco de Auras se mudó a la ciudad de Holguín residiendo junto a su familia en una casona llamada la Periquera y desde allí desempeñó importantes cargos públicos, puestos desde donde continúo malversando.
Con los años sus viviendas fueron desmanteladas y se dice que la familia que ocupó las tablas de cedro del techo de Casa Larga para confeccionar sus muebles vivió un trágico futuro viéndose asediada por múltiples apariciones relacionadas con los asesinatos de Rondán.