Los predestinados a morir o nacidos para morir, aquellos que nacen para honrar a la Muerte.
Abiku, es un término asociado a las tribus étnicas de Nigeria, fundamentalmente al territorio yoruba, y designa a aquellos bebés que nacen y mueren al poco tiempo.
El fenómeno Abiku es muy popular, aunque no por ello deja de tener un significado infinitamente triste y complicado de aceptar. La palabra Abiku pertenece a la cultura yoruba y como tal al culto afrocubano y se compone de abi e iku.
Se traduce como aquello que posee Ikú, en referencia a la deidad yoruba de la Muerte. Por ello la palabra significa “predestinado a morir” o “nacido para morir”.
El significado de los Abiku como seres espirituales
Estos seres son protagonistas de muchos patakíes y leyendas yorubas, entre ellos podemos encontrar la que se adjudica al nacimiento de los Jimaguas Ibeyis, los gemelos Orishas que todo lo pueden.
Abikus son los niños que han nacido para un tiempo después morir voluntariamente y son considerados seres espirituales.
O sea, se dice que cumplimentan una y otra vez el ciclo de muerte y renacimiento y que en ocasiones es el mismo niño el que nace varias veces en la familia.
No obstante, la explicación del surgimiento de los Abiku es bastante escalofriante, pues se dice que son espíritus malignos o demonios que habitan los montes y sufren de frío y miseria, por lo que tratan de mejorar su condición mediante la introducción en los cuerpos de los niños recién nacidos.
Por ello cuando un niño muere al poco tiempo de nacer, se expresa que la madre en realidad ha dado a luz a un Abiku y que el pequeño murió de hambre porque el demonio estaba robando todo su alimento.
Si el niño vive después de pasar por una experiencia cercana a la muerte, se indica que se logró sacar al Abiku.
Y si sigue creciendo débil y enfermo, los padres y los sacerdotes de la religión yoruba tenían por creencia hacer pequeñas incisiones en el cuerpo del niño para causar dolor al Abiku y hacerle salir.
Creencias en torno al término Abiku
Son también conocidos por su belleza, o sea, nacen como hermosos niños que al cabo de poco tiempo mueren.
Al morir, se les coloca una marca visible principalmente en la cara o el pecho, para, según explica la religión, que las personas los reconozcan como hijos espirituales y sepan si vuelven a nacer.
Se dice que los Abiku poseen fuertes lazos que los unen al mundo de los espíritus, por lo que deben ser destruidos para que no continúen naciendo.