Quizás la leyenda alrededor del abakuá Andrés Petit, llamado también Andrés Quimbisa, Cristo Facundo de los Dolores o El Caballero de Color, ha quedado prácticamente en eso, un relato mítico de una desaparición, que hoy cuentan con fervor los más devotos de las expresiones religiosas africanas.
Pero debemos saber que Andrés Petit es el fundador de una fuerte potencia ñáñiga conocida como Regla Quimbisa, también bautizada en 1863 como Bacocó Efór.
Y desde ese entonces, contribuyó a forjar esa religión afrocubana que hoy en día integra a todos los devotos como cubanos, sin excepciones de raza o poderío.
Parte de la leyenda que rodea a esta figura de la historia cubana, es que Petit fue a Roma, y allí conversó en privado con el Papa. Y a partir de esas palabras cruzadas, introdujo el crucifijo en el culto ñáñigo y creó la plaza de Abasí, como símbolo católico de Dios, mezclando fuertemente creencias católicas y expresiones religiosas africanas.
Se dice que esto desconcertó a los abakuá habaneros, que enterados del encuentro de Petit con el papa, y descontentos con reformas católicas a su comunidad, los esperaron amenazantes en el puerto habanero.
Y cuenta el relato pasado de boca en boca por generaciones, que, con solo levantar su báculo, el líder tranquilizó a la muchedumbre.
La leyenda del fundador de la Regla Kimbisa
Cuenta la historia que Andrés Petit falleció a los 48 años de edad, pero no se sabe dónde ni de qué padecía.
Hoy por hoy su desaparición es leyenda entre los devotos y su retrato preside muchas casas-templos donde los devotos colocan flores: doce flores blancas con un príncipe negro.
Y es que a Petit le agradecen por darle entrada a los blancos a la Regla de Palo Monte y por despejar los maliciosos rumores que circulaban sobre las expresiones religiosas africanas.
Muchos indican que el abakuá poseía poderes extraordinarios descritos por muchos como sobrenaturales y así llegó a ser iniciado en varias Reglas religiosas. Era terciario en el convento de Guanabacoa, lucumí, dueño de nganga, mayombero, e isué (alto rango de la sociedad secreta abakuá).
Otros, cuentan que Petit fue un traidor y por ello expulsado del clan de los ñáñigos de la peor manera, pues decían que vendió los secretos del Mayombe a los blancos.
La historia que honra al practicante
La realidad de la historia, indica que Dolores Petit, con lo aprendido en la práctica de diferentes religiones y el prestigio del que gozaba, se enfrentó al inmenso racismo que primaba en Cuba a mediados del siglo XIX, para fundar su propia Regla llamada entonces La Regla Kimbisa del Santo Cristo del buen viaje, en la cual conjugó todas las prácticas conocidas de La Regla de la Ocha (Santería), Mayomberia, espiritismo y la Iglesia Católica.
Y con esa acción desplegó su mensaje buscando la unidad y la fraternidad, entre los seguidores de las distintas religiones, tanto blancos como negros.
La regla kimbisa unía las expresiones religiosas africanas en su culto junto a la oración cristiana, y dentro de sus guías espirituales estaban San Luís Beltrán y San Benito de Palermo, entre otros.
El fundamento o nganga mayor que recibía una persona según la Kimbisa, era Zarabanda, sobre el cual se hacían las principales ceremonias, iniciaciones, limpiezas, cambios de vida, entre otros cultos y la fiesta más importante que se celebraba en el cabildo era el santo cristo.
Así, la Kimbisa logró incluso la aceptación del clero católico, y la misma religión logró acoger a los negros liberados, pues Dolores Petit pudo comprar su libertad.