Santiaguera de corazón Aurora Lamar fue una reconocida iyalosha cubana que se destacara dentro de las prácticas de la Osha en la isla por haber sido la precursora de las consagraciones santorales en el oriente del país durante la década de 1920 a 1930.
Aurora tenía coronado Shangó con oro para Aggayú y su nombre de santo era Oba Tolá. Fue la fundadora de la rama santoral conocida como el Trapito, pues viajaban por toda la isla con sus santos dentro de bolsas de tela para efectuar las consagraciones santorales en compañía de Santeras, Oriate y Babalawos.
Otras personas le atribuyen a Aurora Lamar la fundación de la rama santoral la Pimienta conocida así por sesionar sus actividades religiosas en un barrio llamado Atare, palabra que en dialecto yoruba significa pimienta de guinea.
Algunos testimonios aseguran que su rama santoral se vio fraccionada al tener lugar su separación matrimonial del conocido sacerdote de Ifá Don José Ramón Gutiérrez. Aurora Lamar fue madrina de santo de muchos religiosos a los que enseñó a trabajar la religión en donde se necesitara, pero fundamentalmente en su tierra, por existir en esa zona el ashé del lugar, pues afirmaba que en todas partes de Cuba existía la misma hierba santoral, pero no en todas partes la misma energía.
Shangó y Aggayú fueron dos Orishas que Aurora veneró a lo largo de su vida, pero testimonios aseguran que sentía una gran devoción por el culto hacia las dos aguas, ella creía firmemente en la unión de Oshún y Yemayá para vencer las dificultades fundamentalmente para problemas de salud, gestaciones y uniones matrimoniales.
Fue una de las primeras iyaloshas que creía en el poder de mantenerse la cintura amarrada para evitar las perturbaciones y brujerías y amarrar las barrigas para lograr las criaturas.
Se conoce que en 1965 por petición suya se trasladó el juego de tambores Aña de Fermín Bastide y Amador Herrera a tocar en casa de Ramón Lazo Monguito Oló Oshún, quien era de mucha estima para Lamar.
Aurora se llamó en el santo Oba Tolá, nombre que significa el castillo del rey, no vivió en un castillo, pero sí fue reina porque tuvo corona y se dedicó a poner corona en el mundo religioso para salvar la humanidad.
Se recuerda en todas las moyugbas religiosas por ser un espíritu de poder y luz al cual hay que rendir conocimiento antes de efectuar las consagraciones, por ser uno de los más importantes ancestros que tiene nuestra regla de la Osha.