Oggún es una de las deidades mayores del Panteón Yoruba, amo y señor del hierro, representante de los herreros, de cazadores, de los fuertes de espíritu y carácter.
A él se le adjudican todos los comienzos del mundo, y los poderes de liderazgo, mando y fuerza. Guerrero desafiante y temible que se destaca sobre el resto de Orishas por la violencia y la autoridad con la que actúa.
Es Oggún el patrón de los herreros, el guerrero del monte, de las guerras, de cirujanos, protector y vigía de todo aquel que trabaje con los metales, su elemento predilecto por naturaleza.
Segundo Orisha guerrero y se recibe por todos los practicantes de la Regla de la Ocha (santería), justo detrás de Elegguá.
Orisha incansable y de gran fortaleza que se oculta en el monte a trabajar el metal día y noche.
Su símbolo es el machete Embelebobo, herramienta con la que se enfrenta a todos sus enemigos en su eterna lucha, pero que también utiliza para abrirse paso en el monte.
Ogún habla a través del Oráculo de Obi o Biagué
Oggún habla con sus devotos a través del Oráculo de Obi o Biagué, uno de los Oráculos yorubas más importantes, que sirve para comunicar a los consultantes con los Orishas. Así, las deidades los ayudan a prevenirse de distintos males y les aconsejan.
El oráculo Biagué debe su nombre a un adivino llamado Biagué, quien según las leyendas yorubas fue el primer sacerdote que trabajó con los pedazos de coco (obi) y transmitió las enseñanzas del oráculo, así lo expuso abiertamente para consultar de lo simple a lo complejo a los Orishas del panteón yoruba.
Este sistema fue el mismo que utilizó su hijo Adiatoto (nombre con el que también se le conoce al oráculo) para demostrar a todos que el poseía la sabiduría de su padre y que por tanto era su verdadero heredero.
Consejos y letras de Oggún en Biagué
El orisha habla en el Oráculo de Biagué cuando tres cocos caen en ángulo recto y el otro un poco separado del resto.
El patrón de los herreros puede ayudarnos sobre todo en asuntos de protección y seguridad personal.
Se le invoca de la siguiente manera:
Ikepe minu. Ai ku Baba wa.
Y se le agradece su intervención cantando el siguiente Suyere:
Areré Oggun, aguaniyé Oggun, fina malu ekuá, febu kua maku, ri o shibiriku, alafia moyugba.
Oggún habla a sus devotos a través de los distintos signos del Oráculo de Biagué siempre indicando un camino a seguir para el cumplimiento del destino:
Alafia.
- Los 4 obbinu (pedazos de cocos) caen boca arriba
Dice Oggún que el consultante triunfará porque él ha decidido protegerlo y estará a su lado para garantizar su seguridad. Dice que le ponga Otí (aguardiente) a él y a los guerreros.
Itagua.
- De los 4 obbinu, 3 caen boca arriba, y 1 boca abajo.
Oggún viene diciendo que falta una cosa para que el consultante pueda triunfar, pero que tiene en cuenta que se esfuerza para lograrlo. Indica que está en guerra con sus enemigos, y podrían vencerlo si no hace bien las cosas. Aconseja ponerles un gallo a los guerreros y rogarse la cabeza con coco para lograr el éxito.
Elleife.
- De los 4 obbinu 2 caen boca arriba, y 2 boca abajo.
Dice el patrón de los hierros que el consultante debe poner más empeño en seguir las enseñanzas de Ifá, así su camino estará más limpio y no tendrá tantos tropiezos.
Indica que le debe poner adimú (ofrenda) de comida a los guerreros durante 7 días y llevarlo después a la manigua para entregárselo a Eshú.
Okana.
- De los 4 obbinu 1 caen boca arriba, y 3 boca abajo.
Oggún habla diciendo que un gran atraso lo rodea, porque alguien pide a diario su derrota. Que el orgullo no lo atrape en su trampa.
Indica que el consultante se ruegue la cabeza con un pollo al pie de los guerreros y lo lleve a un lugar de la línea del ferrocarril o a la manigua.
Oyekún.
- Los 4 pedazos de cocos caen boca abajo, todas las piezas caen mostrando su parte oscura.
El Dios de los Herreros dice que solamente Olofin puede salvar al consultante porque la muerte la tiene muy pegada y en cada momento su vida corre peligro.
Dice que no pelee y que se cuide de armas de fuego y de armas blancas.
Aconseja que le dé un chivo a los guerreros y un gallo a él y que se ruegue la cabeza con paloma blanca para que él padre Obbatalá lo salve de la muerte.