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El nacimiento de los Jimaguas Ibeyis, los más consentidos≫ Patakí

Pataki de los jimaguas

Los Ibeyis son Orishas menores del panteón yoruba. Son jimaguas, varón y hembra, hijos de Changó el rey del trueno y Ochún la diosa del río, aunque criados por Yemayá la dueña de los mares.

Son los consentidos de todos los Orishas, dos niños que gozan del amor paternal de cada una de las deidades. Se les considera patrones de todos los infantes y sus fieles protectores.

Además, son excepcionalmente poderosos y pueden jugar con la fortuna a su antojo. Por eso son muchos los devotos que le rezan con fe para obtener sus bendiciones.

Pataki: La bendición llega con Los Jimaguas

Cuenta este patakí que en el pueblo de Isokun, vivía un agricultor muy próspero que era conocido en todas partes como un cazador de monos, pues sus siembras eran muy prolíficas y los monos venían a comer los frutos de sus cultivos.

Así que el agricultor se ganó su fama tratando de expulsar a los monos, pero ellos seguían comiendo sus frutos. No obstante, el agricultor continuaba matando a aquellos molestos animales, aunque estos siempre regresaban a sus sembrados.

El agricultor se las ingenió para mantener a los monos fuera de sus cultivos, pero estos hicieron que cayera la lluvia y mientras llovía, ellos comían las cosechas. Cuando los descubrió, mandó a construir techos para los vigilantes y así tener oportunidad de atraparlos.

Un día, un adivino visitó al agricultor y le dijo que, si continuaba matando monos, sus esposas no podrían tener hijos, pues estos animales son sabios y poderosos, y enviarían abikus (nacidos para morir prematuramente) a los vientres de sus esposas.

Pero el agricultor no le creyó al adivino y continuó matando a los monos, así que estos decidieron enviarle dos abikus como predijo el adivino.

El agricultor consulta a Orula

Entonces la primera de las mujeres del agricultor dio a luz los primeros gemelos en aquel pueblo.  Pero como los gemelos eran abikus, al poco tiempo murieron.

Pasado el tiempo, otra de las esposas del agricultor quedó embarazada, y cuando parió, nacieron otros gemelos, pero al igual que los primeros al poco tiempo de vida, murieron. Así pasó con todas las esposas, tal y como la predicción lo había marcado.

El agricultor entonces decidió consultar a Orunmila, el orisha que posee el oráculo de Ifá, quien le dijo que los monos estaban enviando abikus a los vientres de sus esposas.

  • “Permite que ellos coman en tus cultivos, a lo mejor así se apaciguan», le dijo Orunmila, el adivino.

El agricultor entonces dejó de cazar monos y ellos pudieron comer tranquilamente.

La fortuna llega con el nacimiento de los Ibeyis

Al cabo de unos meses otra de las mujeres del agricultor le dio gemelos. Pero el hombre decidió por si acaso, consultar Ifá.

Orunmila le dijo que esos niños no eran abikus, pues los monos se habían apaciguado.

  • “Pero tampoco estos gemelos son niños ordinarios, pues ellos podrán premiar o castigar a los seres humanos”, le dijo el adivino.

Le explicó además Orunmila, que, si alguien maltrataba a estos gemelos, el espíritu Ibeji castigará a esa persona con enfermedad, pérdidas y pobreza. Y quien tratara a los gemelos con bien, sería recompensado con hijos y buena fortuna.

El agricultor entonces le contó a su esposa lo sucedido y le dijo que lo que los gemelos quisieran, había que dárselo, por lo que fueron los niños más consentidos del mundo, trayendo buena fortuna al hombre.

Desde este día, los gemelos son llamados: «Adanjunkale»: El primero es Taiwo (To—aiye—wo) “El que viene a probar la vida” y el segundo es Kehinde (Ko—ehin—de) “El que viene detrás de otro”. Así nacieron los Ibeyis.

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