La «Tierra del Babalao«, así se le conoce popularmente al municipio capitalino de Guanabacoa, en Cuba.
Incluso en el lenguaje coloquial cubano, cuando alguien tiene numerosos problemas al mismo tiempo, los demás le dicen “tienes que ir a Guanabacoa a hacerte un despojo”.
El hecho es que ese territorio habanero es famoso por poseer múltiples exponentes de la cultura afrocubana. Ritos y tradiciones de la religión yoruba enriquecen las raíces cubanísimas de aquellos que allí conviven.
Y los más firmes ejemplos de esa mezcla de cultura y sincretismo de la localidad se guardan como tesoros en el Museo de Guanabacoa, surgido el 26 de julio de 1964.
La institución, como leyenda regente del municipio, se ubica en la sede de una centenaria casona que perteneció a la Camarera de la Virgen, Nuestra Señora de la Asunción, considerada Patrona de la Villa.
Historia centenaria en el Museo de Guanabacoa
El Museo Municipal de Guanabacoa es, además, uno de los más gustados exponentes de la arquitectura colonial del siglo XIX del Centro Histórico Urbano, por lo que fue declarado Monumento Nacional en 1990.
La institución no solo muestra al público piezas de importante valor que constituyen trazos importantes de la historia de la localidad, sino que hace un recorrido por las tradiciones afrocubanas presentes en el territorio.
El también conocido como Museo Yoruba de Guanabacoa es un digno exponente de la transculturación entre las formas mágico-religiosas africanas de la santería de la cultura yoruba y el catolicismo.
Identidad cubana en Guanabacoa
El Museo de Guanabacoa, le da a sus visitantes la posibilidad de distinguir cómo surgió la nacionalidad cubana y cómo se mezclaron las culturas hasta formar tradiciones criollas que perduran hasta hoy en toda la Isla.
Allí, se puede disfrutar de visitas dirigidas didácticas y culturales, que le dan vida a esa unión de costumbres que conforma el patrimonio nacional.
También el museo muestra una galería de etnología religiosa, que incluye los cultos de Santería o Regla Ocha, a los de Regla de Palo Monte o Culto de Palo Monte y a los de la Sociedad Secreta Abakuá, como los máximos representantes de una cultura milenaria.