«Por uno empezó el mundo, si no hay bueno no hay malo«
En este Oddun hablan los Orishas:
- Elegguá,
- Shangó,
- Oggún,
- Aggayú,
- Obatalá
- y los muertos (Eggun).
Al salir el signo Ocana Sorde:
- Las orejas se deben de halar, y también castañear tres veces los dedos.
- Se echan los caracoles para refrescarlos en una jícara con agua y se tira el agua hacia la calle.
- Además, los caracoles se tiran frente a la puerta en el suelo de la entrada de la casa y se cubren con la jícara, los pisaremos tres veces con el pie izquierdo y ya después se recogen y se continúa con la consulta.
Süyere del signo (cantos):
- Okanasodde Sodde Oke Sodde Oma Sodde Owuó Batiosodde Arikú Babawua.
En esta letra nacen:
- Las enfermedades contagiosas.
- La vesícula biliar.
- La cicatrización de las heridas.
3 Historias que nacen en el Signo Ocana Sorde:
Historia del desconfiado que no creía ni en los Santos ni en Shangó
Hace ya mucho tiempo existía una persona la cual no creía en los santos sólo en brujos.
Cada vez que tenía la oportunidad se burlaba de todo aquel que creía en los santos.
Un buen día caminando se topó con una de aquellas personas que veneraba a los santos y era Shangó, este le estaba dando un consejo a un caminante y le aconsejaba el camino que debía seguir para llegar bien a su destino, entonces el que no creía en los santos le dijo que tomara el camino que él quisiera que era todo mentira de ese hombre.
El caminante creyendo que todo era un engaño se dirigió al santo y le pidió que adivinara cuantas personas se encontraban dentro de la casa que él señalaba.
Este sin titubear le dijo que dentro había 18 personas, pero que sólo veían 16, como su palabra no fue creída, entonces fue cuando el santo mandó a tirar frente a esa casa 18 monedas.
De pronto comenzaron a salir sin embargo solamente 16 se agacharon a recoger las monedas, señal de que estaba en lo cierto. El caminante se dirigió al santo al ver eso y se arrodilló ante él.
Esta es la Historia del hombre que no hizo rogación
Había una vez una persona que no era de malos sentimientos, pero siempre estaba metida en discusiones, y tenía, debido a ello muchas enemistades y resultaba muy antipático.
Llegó el momento en que se vio solo y tuvo que marcharse de ese pueblo donde vivía.
En el camino se encontró a un comerciante que venía con su perro, le preguntó cómo andaba todo y este le respondió que buenos para unos y malos para otros, le aconsejó que tuviera cuidado pues el Rey había mandado a hacer rogación y que quien no lo hiciera pues resultaría muerto.
Este muy altanero le contestó que él no se haría ninguna rogación y que si tenía que marcharse de ese pueblo también lo haría.
Andando ya un camino largo se encontró con una guerra y la guardia real, lo apresaron y llevaron ante el rey, diciéndole a este que el detenido era un cabecilla importante del ejército contrario, entonces el rey mandó a encerrarle en una jaula con tigres.
La Historia de una lengua muy larga
Arosillen tuvo que viajar a otro pueblo y dejó a su amigo Eloire a cargo de tres mujeres.
Arosillen le dijo que no se preocupara, que las cuidara y que él volvería en tres meses, pasaron cinco meses y Arosillen no volvía. Entonces Eloire comenzó a abusar de las mujeres, y estas de tanto maltrato ya cansadas decidieron escapar, llegaron al pueblo y allí encontraron a Arosillen.
Le contaron todos los maltratos a que fueron condenadas, este se molestó mucho y fue a ver a sus amigos y les dijo que él decía que los iba a matar a todos prendiéndole fuego.
Entonces, estos fueron donde Eloire y le preguntaron, y como tenía la lengua tan suelta respondió que todo era verdad, y entonces fue cuando acto seguido lo mataron.