Un rezo hermosísimo a la Virgen del Carmen para rogar su protección

La Virgen del Carmen es una de las santas más aclamadas en el viejo continente y sus antiguas colonias.

Esta adquirió renombre luego de conceder numerosos milagros donde beneficiaba y daba pruebas de fe a los más humildes de sus seguidores, demostrándoles de esta forma:

El poder de su presencia y el valor que posee la fe en los momentos de necesidad.

La santa patrona del ejército y la marina:

Nuestra Señora del Carmen

La virgen castiga a todas aquellas personas que actúan movidas por el interés y el egoísmo, defectos que esta considera sombríos y desagradables.

La santa da lecciones a estos hombres y mujeres para que modifiquen su conducta reconduciendo sus pasos por el sendero del bien y la humanidad.

El perdón es una de sus virtudes por lo que no rechaza a ninguno de los seres humanos, que a pesar de haber tenido una conducta errática desean rectificar sus errores, a los que acoge con el mismo amor que a los hijos que van a rezarle a diario a la iglesia.

Oración a la madre protectora, rogamos a la Virgen del Carmen para protección

Mediante las siguientes líneas se le realiza un homenaje a la Virgen del Carmen y a su grandeza como madre y como sierva de nuestro señor Jesucristo, quien fue a la cruz por amor a la humanidad.

La Virgen del Carmen reciba este homenaje desde el corazón de todos aquellos que lo entonen, derramando sobre sus hogares dicha y muchas otras bendiciones.

Santa patrona de los marineros,
A ti te entrego mis ruegos y mis miedos,
Haz de mí tu peregrino fervoroso,
Para que pueda vivir bajo tu manto milagroso.
Sigo tus pasos por el camino que conduce al Edén,
Te pido por mi familia y mis amigos también,
Protege sus pasos y guía su camino,
Para que obtengan el triunfo si lo tienen merecido.
Virgen del Carmen, mi madre protectora,
Santa de la armada y de la tierra poderosa,
Tu espíritu y energía son tan grandes,
Que cultivas los corazones volviéndolos gigantes.
Hoy te pido virgencita milagrosa,
Por los enfermos que gimen y los niños que retozan,
Para que entregues a ellos la virtud concedida,
La curación del cuerpo, el amor y la alegría.
Fortalece a la familia bajo el lazo de la unión,
Inculcando al mundo la humanidad y el perdón,
Abre tu pecho y abraza las almas que buscan consuelo,
Para que tu incalculable amor guíe sus pasos al cielo.