Osain es uno de los Orishas más sorprendentes del Panteón Yoruba, este posee el conocimiento de cada planta del monte, sabe cómo emplearlas para curar, al mismo tiempo que conoce los secretos que las convierten en peligrosas armas de combate dentro de la práctica de las artes oscuras.
Como mencionaba anteriormente por sus vastos conocimientos sobre las hierbas, fue nombrado como la deidad de la farmacopea, ejerciendo protección sobre:
- los ozainistas,
- curanderos,
- biólogos y
- farmacéuticos.
El Orisha que encarna a la naturaleza es un gustoso consumidor del tabaco, a modo de broma suele manifestarse ante los trasnochadores para pedirles fuego con el fin de encender su tabaco.
Su color es el verde, tono que lo vincula a su propia esencia que no es otra que la de las hierbas.
Es un santo muy poderoso, a través de la naturaleza, los polvos y las plantas es capaz de alejar a la muerte, quien le teme a sus maleficios.
Pataki: Osain le hace brujerías a Orunmila
El Orisha Osain llegó al planeta producto al vientre materno de la tierra quien lo gestó y lo dio a luz como a las plantas, otorgándole una gracia especial:
El secreto de todas las hierbas del monte.
Su virtud en la disciplina de la botánica fue tan grande que el mismo Olofin instauró la norma que ninguna ceremonia religiosa que requiriese del uso de hierbas para su realización, estaría completa si no recibía antes la bendición de Osain.
Los polvos mágicos de Osain del Monte
Osain como buen guerrero de las artes oscuras le encantaba crear polvos mágicos y como estaba celoso de la fama de Orunmila comenzó a probar sus creaciones con él, a pesar que el gran adivino jamás había propiciado ningún mal entendido con el Orisha del monte.
Osain le hacía brujerías a Orula continuamente, el oráculo no podía descifrar de quién provenían semejantes daños, pero estaba seguro que la persona que lo atacaba era muy buena en lo que hacía, pues nunca dejaba rastro de sus fechorías.
Orumila no sabía qué hacer ni cómo defenderse por lo que decidió recurrir a Kawó Silé para que lo ayudase a descubrir a su oculto enemigo.
Orula descubre la identidad de su enemigo…
Shangó quien era un adivino certero le aconsejó a Orula hacer un trabajo con doce mechas ardientes y le dijo a este que no se preocupara, que él mismo con la candela de sus rayos iba a perjudicar a su enemigo para luego traerlo ante sus pies.
El oráculo comenzó a hacer el ebbó mientras tanto en el monte Osain recolectaba plantas cuando de repente fue quemado por un rayo de Shangó y de esta forma Orula supo la verdadera identidad de su enemigo.
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