Oshosi deidad mayor en el Panteón Yoruba es considerado el mejor y más certero de todos los cazadores, no existe presa que sus flechas y su arco no puedan atrapar, una vez que estas cursan el aire llegan su destino de forma rápida e inminente.
Oshosi y Oggún consultan a Orula
Existió un tiempo en el que le resultaba muy engorrosa la caza a este santo pues la vegetación de la manigua se tornaba frondosa y tupida, hecho que impedía que sus flechas alcanzaran el destino requerido, motivo por el cual el Orisha acudió a la morada de Orula con el fin de que el gran adivino le proporcionara la solución para sus problemas, recomendándole al mismo realizar ebbó.
Oggún, el santo dueño del hierro padecía un mal parecido al que atormentaba a Oshosi pues, aunque era una deidad diestra con el machete, el ruido que provocaba la caída de la vegetación ahuyentaba sus presas por lo que le era muy difícil conseguir el alimento.
Oshosi y Oggún se encontraban distanciados, producto a que Eshú había sembrado la discordia entre ellos tiempo atrás. Oggún acudió al pie de Orula con el fin de que cesara esta situación, al que le indicó Orunmila un ebbó similar al de Oshosi.
Fue así que ambos Orishas se adentraron en el monte con el fin de cumplir el cometido y poner fin a su desdicha de una vez por todas.
Los guerreros del monte juntos a la caza
Al encontrarse frente a frente la situación se volvió tensa y comenzaron a discutir, de repente en medio de la querella divisaron a lo lejos un animal al que por la distancia no podían precisar bien, en silencio y al acercarse un poco más se percataron que era un venado.
Aprovechando el camino despejado que había abierto Oggún con su machete Oshosi lanzó una de sus flechas, atrapando a la presa en el acto.
Entusiasmados y agradecidos ante Orula por la resolución de sus problemas decidieron hacer las paces y compartir el animal atrapado en partes iguales, demostrando que el trabajo en equipo es fuente de éxito cuando cada individuo pone de su parte con el fin de obtener un bien común.
Desde ese día y en presencia de Orula, ambos Orishas establecieron un pacto inquebrantable en el que cooperarían juntos para obtener sus metas, desde ese momento son inseparables y forman junto a Elegguá, una poderosa trilogía conocida como los santos guerreros.