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La danza de Oshún y Yemayá representa la unión de las Dos Aguas

Oshún y Yemayá

La bajada de los Orishas durante los tambores es quizás uno de los momentos más especiales para los religiosos, pues es este momento una de las pocas posibilidades que el hombre tiene de ver bailar de cerca a sus deidades y si estas lo permiten incluso pueden llegar hasta a dialogar.

Yemayá y Oshún son las santas que son atraídas con más frecuencia por el sonido de los tambores Batá.

La danza de las dos Aguas:

Baile de Oshún y Yemayá

El danzar de ambas es muy peculiar y refinado, cuando bailan juntas estas representan la unión de las dos aguas, siendo un verdadero privilegio el poder observarlas.

Con su sola presencia depuran el hogar de las malas energías, trayendo con su llegada múltiples bendiciones, a estas deidades pueden ofrecérseles en señal de respeto:

  • licores finos,
  • miel de abejas para Oshún y
  • melao de caña para Yemayá.

Yemayá imita con su baile a las olas del mar.

Yemayá es una deidad amante de la música y el baile, su instrumento preferido es el tambor, aunque también pueden oficiárseles otro tipo de toques.

Cuando la madre del mundo es atraída por los tambores llega riéndose a carcajadas y dando piruetas en el aire, gira sujetando su saya como si se tratase del mar en su estado tempestuoso.

Unas veces mueve los brazos como si tocara la espuma, otras representan la búsqueda de tesoros, puede manifestarse también remando, aunque esta forma de danza es menos común.

Su baile puede comenzar a ser suave y de forma impredecible romper la cadencia con gran furia, es en ese preciso momento cuando la santa comienza a disfrutar a fondo de sus movimientos entregándose completamente a los cantos y al sonido del Bata.

La danza de Oshún es sensual y delicada.

Oshún la deidad dueña de la miel de abeja baila de forma delicada y sensual.

A su llegada al bembé ríe para que todos noten su presencia, suena sus manillas y comienza a tejer sus trenzas, luego toma simbólicamente su espejo para ver como luce y se acomoda con suavidad su corona.

Toma su falda y realiza movimientos muy finos, otras veces golpea el pilón como si moliera café.

Se coloca las manos en la cintura y comienza a realizar ondulaciones con su cuerpo, de momento se detiene y sonríe al auditorio.

Cuando Oshún llega debe serle ofrecida la miel lo más pronto posible pues con este gesto de cortesía la deidad bendice a todos los presentes trayendo dulzura y felicidad.

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