En Ogbe Otrupon se había hecho imposible efectuar cualquier consagración religiosa, pues cada vez que los Orishas marcaban la realización de un omiero los santeros se rifaban la visita al monte, pues una vez que se adentraban eran sorprendidos por Ozain quien les impedía tomar las hierbas hechizándolos con un trozo de carbón en llamas.
Pataki donde Ogbe Tumako apaciguó el poder de Ozain
En cada aparición Ozain se mostraba tal y como era.
Aparecía deforme y marcado por múltiples cicatrices, heridas que debía a las guerras en las que se había visto envuelto a lo largo de toda su existencia.
Una mañana llegó a su puerta la noticia de que el rey había enfermado de gravedad y que no existía una cura para su dolencia.
Hecho que lo mantuvo pensativo, más no emitió comentarios respecto a ese tema.
Ogbe Tumako que también se había enterado de lo sucedido se brindó voluntario para entrar al monte y tomar las hierbas necesarias para realizar un omiero que salvara al rey.
Cuando las tuvo todas se apareció ante él Ozain reclamándole el porqué de su entrada en los dominios y de la toma sin su consentimiento de las plantas.
- Puede interesarle seguir leyendo: ¿Qué es el Omiero? CLIC AQUI
Gracias al consejo de Orula se salvó del osogbo
El Orisha protector del monte sacó el carbón en llamas y cuando fue a maldecir a Ogbe Tumako este comenzó a pronunciar un rezo que le había enseñado Orula.
Y al instante el carbón encendido cayó en una jícara con omiero que este llevaba, apagándose y poniéndole fin de esta forma a sus propiedades sobrenaturales.
- Ozain abrumado no entendía como había sido derrotado por Ogbe Tumako, entonces este curioso le preguntó de dónde había sacado el poder para destruir su carbón.
- A lo que el hombre contestó que el poder estaba en Orumila el gran adivino de Ifá, quien era el responsable de todos los dones que le habían servido de escudo protector al penetrar en su territorio.
Desde ese día Ozain e Ifá pactaron mediante Ogbe Tumako
El Orisha dueño de todas las hierbas en homenaje al respeto que sentía por el hombre, le entregó la jícara con omiero que contenía el pedazo de carbón.
Estableciendo de este modo que cada vez que se efectuara una consagración religiosa debían echar en el interior del omiero un carbón encendido para frenar de este modo la maldad y las brujerías que pudiesen encontrarse perturbando la ceremonia.
Quedando representado Ozain en el cuarto de santo a través de las hierbas y el carbón.
Tiempo después Ozain se adentró en el reino, se introdujo en el castillo y con ayuda de los religiosos pudieron salvar al rey.