Aggayú Solá es un Orisha poseedor de grandes virtudes dentro del Panteón yoruba, su apariencia se describe como un robusto gigante, este es afamado por poseer gran fuerza la que es proporcional con su poder.
Esta deidad ofrece al religioso estabilidad y salud, dos de los bienes más grandes que atesora el ser humano.
El Orisha representado mediante el volcán habita en un receptáculo de madera llamado lebrillo, en su interior moran sus herramientas y su otá, una piedra grande y redondeada generalmente de color negro y aspecto uniforme, elementos que son consagrados mediante ceremonias en el interior y bajo el secreto del cuarto de la Osha.
La literatura yoruba relaciona a Aggayú Solá como Orisha del desierto por lo que sus dominios se extienden más allá de simples terrenos.
Otanes poderosos que representan a Aggayú Solá, el Gigante de la Osha
Este santo se vincula con la Piedra volcánica, el Granate y la Obsidiana piedras que atesoran los secretos y la virtud de la deidad, la que se relaciona con el amor y la ayuda del necesitado, con la misma fuerza que las requiere para guerrear y derrotar al enemigo.
Con dichos otanes (piedras) el santero elabora resguardos que le confieren protección contra las fuerzas del mal y los espíritus oscuros, con estos amuletos el religioso goza del beneficio de la atracción directa del desenvolvimiento y el iré para él y su familia.
La Piedra Volcánica es una extensión del Orisha de lava.
La Piedra volcánica se forma cuando la lava se enfría petrificándose. Esta Otá pertenece a Aggayú Solá, se considera a la misma como una extensión del propio cuerpo de la deidad.
Esta piedra previene al santero de la pérdida ya sea de un ser querido o de un bien material.
El Granate es el bastón de Aggayú Solá
El Granate es una piedra preciosa perteneciente a Aggayú y Kawó Silé. Entre sus méritos destaca la prosperidad y el éxito en los negocios.
Esta es empleada como un amuleto por los hijos de Shangó quienes dicen sentirse conectados a su padre mediante el uso de la misma. En algunos patakies se describe a Aggayú Solá apoyado sobre esta roca.
La Obsidiana es la piedra de la inmortalidad.
El origen de esta singular piedra se remonta a los tiempos mesolíticos donde sirvió como punta de lanza en la caza, la pesca y la defensa del hombre primitivo ante los depredadores y sus presas de caza.
La fuerza y la resistencia de la Obsidiana se debe a su componente de materia volcánica, hecho que la vincula con Aggayú Solá el Orisha representado mediante el volcán. Su longevidad es el atributo que la distingue sobre las otras piedras.