A San Ciriaco se le invoca contra los espíritus malignos y las enfermedades oculares. Es uno de los catorce santos auxiliadores de la Iglesia Católica.
Su leyenda cuenta que, siendo miembro de la nobleza patricia romana, San Ciriaco entregó su riqueza a los pobres y se convirtió al cristianismo.
Luego exorcizó a los demonios de la hija de Diocleciano, Artemisia, quien, junto con su madre, Santa Serena, se convirtió al cristianismo.
Y también eliminó el mal de Jobias, la hija de Shapur, rey de Persia, lo que llevó a la conversión del rey.
Reconocido en toda Roma por su virtud, incluso entre los paganos, fue convocado por el emperador para curar a su hija, que estaba afectada por la ceguera. Así el santo diácono en el Nombre de Jesús, curó a dos princesas.
San Ciriaco, la historia y devoción al Santo
San Ciríaco de Atalia, también llamado San Ciriaco de Roma o simplemente San Ciriaco, fue un obispo y mártir cristiano, muerto en 303.
Se dice que en el nombre de Jesús recorrió a Palestina y después fue elegido obispo de Jerusalén, en donde fue martirizado junto con la madre, Ana, durante la persecución de Juliano el Apóstata.
Para huir de sus antiguos correligionarios, abandonó Palestina y se refugió en Italia, donde fue elegido obispo de la ciudad, en una época de extraordinario florecimiento del cristianismo.
Pero después de un tiempo de promulgar la palabra divina, Ciriaco fue en peregrinación a Tierra Santa para volver a ver la patria de Jesús y la suya propia.
Allí fue hecho prisionero por Juliano el Apóstata, y el santo anciano recibió la palma del martirio y finalmente la muerte. Más tarde las reliquias del obispo regresaron a Ancona en una caja llevada por las olas hasta el puerto de la ciudad.
La fiesta de San Ciriaco se celebra el 8 de agosto. Es el patrono de la isla de Ibiza en España y de su capital, debido a que la isla fue conquistada a los árabes ese día.
Hoy en día en la catedral de Ancona se distribuyen manojos de juncos bendecidos los días de San Ciriaco, para celebrarlo y en su honor, desterrar las malas energías.
Oración a San Ciriaco contra entidades malignas y oscuras
Las oraciones a San Ciriaco son antiguas, fuertes y poderosas, para lograr la expulsión de entidades malignas de la persona, la familia y el hogar.
Así le rezamos:
Oh glorioso San Ciriaco, a ti recurro devoto y compungido,
a ti, que, por tu celo y compasión sobresalientes,
el Papa San Marcelino elevó a la dignidad del diaconado
en la iglesia de Roma, y quien, con intrépida paciencia,
soportaste la dislocación de tus miembros,
la laceración de tu carne, la tortura del agua hirviendo y,
finalmente, la muerte misma decapitando.
Mírame que yo te invoco, y obtén para mí la gracia
de permanecer firme en la fe, a pesar de las tentaciones del maligno,
y vivir en tal unión con Cristo Jesús, como para merecer
la bendición de la eternidad en presencia de Él.
¡Oh, excelente mártir de Cristo!
Honrado hoy en todo el mundo, déjame experimentar el poder de tu brazo
y expulsa de mí, de mi familia y de mi hogar, toda entidad maligna.
Muéstranos tu misericordia, y no permitas que el mal nos siga acechando
como la has mostrado en tiempos pasados, concediéndonos el favor que deseamos.
Amén.
Rezo al Santo para protección contra peligros del alma y el cuerpo
Dios todopoderoso y eterno, que has otorgado gracias
y obsequios extraordinarios a tu Santo Ciriaco,
te rogamos que escuches gentilmente las peticiones de todos los que invocan su intercesión.
A través de Cristo nuestro Señor. Oh Dios, que fortificaste milagrosamente
a San Ciriaco en la confesión de la Fe, te suplicamos que nos concedas su fortaleza
para vencer todas las tentaciones y nos protejas a través de su intercesión
en todos los peligros del alma y el cuerpo.
A través de Cristo nuestro Señor.
Amén