El Niño Jesús, la imagen que muchos ponen cerca de sus hijos pequeños, para que los guarde de los peligros y las dificultades, al que nos encomendamos ante las adversidades de la vida y al que siempre pedimos que nos guarde un lugar en el cielo.
El Divino Niño o el Niño Jesús es el nombre con el que se reconoce la devoción de los fieles católicos a la infancia de Jesucristo, desde su nacimiento hasta los 12 años y al cual se le reza en muchos lugares del mundo mediante diferentes advocaciones.
Advocaciones del Niño Jesús
Muchas son las figuras o advocaciones de la niñez de Jesús a lo largo del mundo. Algunas de las más reconocidas devociones son:
- El Santo Niño de Atocha en Atocha, Madrid, España y otros países de Latinoamérica.
- El Niño Jesús de Escuque, Trujillo, Venezuela.
- El Niño Jesús de Praga.
- Santo Niño de Aracoeli en Roma.
- Santo Niño Jesús de los Afligidos en San Cristóbal de La Laguna, Tenerife.
- Divino Niño Jesús de Florencia en Florencia, Colombia.
- Divino Niño del Veinte de Julio, en Bogotá, Colombia.
- El Santo Niño Jesús Doctor de los Enfermos, en Tepeaca, Puebla, México.
- El Santo Niño Jesús de la Salud, en Morelia, Michoacán, México.
- El Niñopan, en Xochimilco, Ciudad de México.
La creencia en la infancia del Divino Niño, viene fundada por las escrituras en la Biblia, que señalan que debemos transformar nuestros corazones para ser parecidos a Jesús, al reconocer y depender de la ayuda divina como niños.
En el Evangelio de Juan, Cristo también invita a que confiemos en Él.
“Y todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo”, está escrito.
“Yo os aseguro: si no cambiáis y os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los Cielos”. Mateo 18,3
Se dice, además, que la devoción a la figura infante de Jesús es reconocida hoy como una leyenda del Monte Carmelo en Israel, al cual Jesús iba frecuentemente a pasear y a rezar con sus padres, San José y la Virgen María, y sus abuelos San Joaquín y Santa Ana.
Desde pequeño, las personas ya veneraban al Niño Jesús por lo milagros adjudicados a su nacimiento y sus obras piadosas, y después de la ascensión de Cristo, continuaron con esa devoción.
Devoción al Divino Niño y sus milagros
Se dice que numerosos santos de la Iglesia Católica veneraban también la figura del Divino Niño Jesús, como es el caso de San Antonio de Padua, San Cayetano, Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, que divulgaron esta fe y el amor que sentían por la figura infante de Jesús entre sus propios devotos.
Igualmente, existen lugares del mundo que se destacan por la inmensa devoción al Divino Niño, como es el caso de Colombia, lugar en que el sacerdote salesiano P. Juan del Rizzo construyó un templo tras pedir la ayuda del Señor por los méritos de su infancia. Luego del milagro dedicó su vida a la propagación de la devoción por al Niño Jesús.
Así, los colombianos fueron conformando una fe sumamente fuerte, adorando al Divino Niño como advocación de la niñez de Jesús. A él se encomiendan muchos, pidiéndole sobre todo ayuda para superar dificultades y mucha salud.
Fue el mismo sacerdote que comenzó la devoción a la infancia de Cristo en el barrio “20 de Julio” de Bogotá, por lo que hoy en día en gran parte de Latinoamérica se celebra su día en esa fecha.
De hecho, se cuenta en Bogotá de una niña que no podía mover ni las piernas ni los brazos sin sufrir grandes dolores. Los gritos de angustia hacían padecer a toda la familia, que temía lo peor.
Pero un día, la madre de la pequeña decidió rezarle a la imagen de la infancia de Jesús por la curación de su pequeña, y la llevó al cuarto para que la enferma la besara.
Así lo hizo la niña y horas más tarde sacudía con alegría sus brazos y piernas, ya sin dolor. El milagro fue atestiguado por toda la familia y hoy en día se ha convertido en leyenda que confirma la fe en el Divino Niño.
Muchos son los que se arrodillan día a día ante la imagen del Divino Niño Jesús, le llevan docenas de flores y encienden velas en su honor, implorándole por la salud, sobre todo la de los niños pequeños, además de protección divina, serenidad para enfrentar la vida y fortaleza para superar obstáculos.
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El Divino Niño Jesús y sus oraciones milagrosas
El Divino Niño manifiesta en su naturaleza humana el amor de niño, muchos elevan así, una Oración de la Confianza al Divino Niño para que siempre guarde para nosotros un lugar en el cielo.
Oración de la confianza del Divino Niño:
Niño amable de mi vida
Consuelo de los cristianos
La gracia que necesito
Pongo en tus benditas manos.
Padre Nuestro…
Tú que sabes mis pesares
Pues todos te los confío
Da la paz a los turbados
Y alivio al corazón mío.
Dios te salve María…
Y aunque tu amor no merezca
No recurriré a ti en vano
Pues eres Hijo de Dios
Y auxilio de los cristianos.
Gloria al Padre…
Divino Niño Jesús, Bendecidnos.
Curaciones, empleos, reconciliación de familias, protección de negocios y muchísimos milagros han sido adjudicados al Divino Niño, al que se le reza siempre de corazón y con mucha fe en el milagro que el Niño Jesús puede obrar para librarnos del mal.
Oración al Divino Niño para protección de peligros y enemigos
- Así le rezamos para vernos libres de peligros.
Señor Dios, rey Omnipotente: en tus manos están puestas todas las cosas. Si quieres salvar a tu pueblo nadie puede resistir a tu voluntad.
Tú hiciste el cielo y la Tierra y todo cuanto en ellos se contiene. Tú eres el dueño de todas las cosas.
¿Quién podrá pues resistir a tu Majestad? Señor Dios de nuestros padres: ten misericordia de tu pueblo porque los enemigos del alma quieren perdernos y las dificultades que se nos presentan son muy grandes, tú has dicho: «Pedid y se os dará. El que pide recibe. Pero pedid con fe».
Escucha pues nuestras oraciones. Perdona nuestras culpas.
Aleja de nosotros los castigos que merecemos y haz que nuestro llanto se convierta en alegría, para que viviendo alabemos tu Santo Nombre y continuemos alabándolo eternamente en el cielo.
Amén.
Para tiempos difíciles dedicamos esta Oración al Divino Niño Jesús
- Y esta es la súplica para tiempos difíciles
Divino Niño Jesús:
Tengo mil dificultades: ayúdame.
De los enemigos del alma: sálvame.
En mis desaciertos: ilumíname.
En mis dudas y penas: confórtame.
En mis soledades: acompáñame.
En mis enfermedades: fortaléceme.
Cuando me desprecien: anímame.
En las tentaciones: defiéndeme.
En las horas difíciles: consuélame.
Con tu corazón paternal: ámame.
Con tu inmenso poder: protégeme.
Y en tus brazos al expirar: recíbeme.
Amén.
Para elevar oraciones al Divino Niño, muchos indican que también se debe rezar una Novena de tres padrenuestros y una salve, ofrecer, confesarse y comulgar. Siempre se requiere hablar al Niño Jesús con mucha fe y pedir su ayuda cuando nos veamos en dificultades.
La novena de los 3 Padres Nuestros
Oh Jesús: a tu corazón de Amigo yo vengo a confiar (nombre de persona o necesidad).
Me entrego a tu poder…
Confío en tu sabiduría…
Me abandono a tu misericordia…
Hijo de Dios, Tú bien puedes socorrerme… Padrenuestro…
Redentor mío: Tú sabes cuánto lo necesito… Padrenuestro…
Descanso en la ternura de tu amor…
Padrenuestro…
Oh Jesús: tu Redención todo lo merece.
Tu mediación todo lo alcanza.
Tu amor de Padre, todo lo compadece.
Divino Niño Jesús, en ti confío (cinco veces).
Oh Jesús. Tú dijiste: «Si quieres agradarme confía en mí: si quieres agradarme más, confía más.
Si quieres agradarme inmensamente,
confía inmensamente en mí.
Te pido que aumentes mi confianza.
Yo quiero confiar inmensamente en Ti.
En Ti Señor espero. Y no dejaré de amarte eternamente.
Divino Niño Jesús: Líbranos de todo mal. Amén.