El camino de Obatalá Elefuro: La Reina del Aceite que alumbra con su Paz

Obatalá es considerado el Padre del Mundo y uno de los más importantes Orichas, ya que representa al mismo Olodumare en la tierra. Es también el escultor del cuerpo humano, aunque la vida y la inteligencia del hombre provienen directamente del Dios mayor.

La deidad Obbatalá juzga a los hombres en este mundo y los prueba con delicadeza. Es dueño de la blancura y de lo nítido, representante de la pureza.

Como creador es regidor de todas las partes del cuerpo humano, principalmente de la cabeza, de los pensamientos y de la vida humana.

Representa la creación que no es necesariamente inmaculada; lo magnánimo y superior, también la soberbia, la ira, el despotismo y las personas con defectos o dificultades físicas y mentales.

Obatalá posee Caminos femeninos y masculinos:

Obatalá tiene avatares o «caminos», masculinos y femeninos, que representan sus diversas características como creador de los seres humanos, guerrero y sabio anciano.

Obatala Elefuro, es un Obatalá femenino, considerado reina de Ifé, a la que también se le llama «la reina del aceite» o Imolé. Es una Obatalá de existencia inmaculada y muy pura.

En la tierra Arará se le llama Oñoro, es protectora del aceite y vive detrás de una cortina. Gracias a ella, las lámparas brillan y espantan a la oscuridad de la noche.

Sincretismo con la Virgen del Carmen:

Elefuro es sincretizado en la religión afrocubana con la Virgen del Carmen, el día de celebración de ambas deidades es el 16 de julio.

Tanto la Virgen como el Orisha tienen la misión de traer paz a la tierra y hacer el bien entre los hombres.

Obatalá Elefuro, los símbolos sagrados que la representan

Las otás (piedras) de Obatalá Elefuro se separan y se colocan fuera de la sopera en una taza bola.

Dentro de la sopera se pone algodón y encima de este, un círculo de plomo con el ayé, las herramientas, una mano de caracoles, un narigón, 2 moñingas, un peine de plata y un sable.

Fuera lleva un muñeco donde se carga a Ossain y un bastón de tres curvas. También los devotos le ponen cestas de hielo con agujas y un huevo con una rueca.

A ella se le debe alumbrar siempre con lámparas de aceite, que es su elemento representativo. Su addimú (ofrenda) se le pone en una canastica que siempre la acompañara y come 8 eyelé.

En la religión yoruba a ella se le debe cantar de lejos y lleva un güirito, cargado con sus secretos, que simboliza a Ojwi Yomi, un centinela virgen de 16 años que le vigila el sueño a la Reina del Aceite.