La religión Yoruba alberga en sus prácticas diversos misterios muchos de los cuales han permanecido en secreto hasta nuestros días.
La esencia de esta sagrada religión se capta en la interpretación de cada uno de los patakies que protagonizan los Orishas, fuente de conocimientos a través de los cuales se nutren los religiosos para adquirir experiencias y prevenir los infortunios del destino.
¿Por qué se acude a las Cuatro Esquinas?
Las cuatro esquinas son un punto de encuentro donde todos los practicantes de esta corriente religiosa han acudido alguna vez en la búsqueda de Eshú, con el fin de que este Orisha los libre de múltiples osogbos (energías negativas) y tragedias.
En ellas radica un afluente común de múltiples energías y ciencias las cuales actúan como una mancuerna en el beneficio o perjuicio de los hombres.
En estas es posible obtener todo lo bueno, pero del mismo modo un sinfín de influencias perniciosas pues es este un lugar propicio para que muchos practicantes depositen trabajos ceremoniales y obras de limpieza, favoreciendo en este sitio el surgimiento de una lucha interna e invisible entre las fuerzas del mal y del bien.
El significado astral del número cuatro
El cuatro es un número sagrado en el Panteón Yoruba pues simboliza la estabilidad, las cuatro patas que la mesa del cuarto de santo y la bóveda espiritual necesitan para mantenerse en pie.
En este número se representan los cuatro puntos cardinales el Norte, el Sur, el Este y el Oeste los cuales rigen los caminos del hombre y determinan su rumbo tanto si se encuentran en tierra firme como en el mar.
Elegúa: El Dueño de las Cuatro Esquinas
Se escogen las cuatro esquinas cómo escenario para realizar rituales porque estas representan la unión de todos los caminos, los cuales se abren para que el ser humano transite de forma libre.
Elegúa es el Orisha dueño de este lugar, siendo el encargado de abrirlas o cerrarlas en dependencia del merecimiento del que acude a estas.
Cuando los santeros mayores y menores trabajan en las cuatro esquinas lo hacen con el permiso de esta deidad teniendo siempre el precepto de dejar una abierta para que pueda entrar el iré o desenvolvimiento.
Las cuatro esquinas se preparan con la finalidad de recibir bendiciones, pero también con la intención de librarse de maleficios sobre todo los que son depositados en la puerta de la casa.
Cabe destacar su importancia en la santería, porque si estas no son preparadas de forma previa por la madrina no se puede realizar el santo, ceremonia de consagración del Ángel de la guarda con la cual se inician a los iyaboses en la Regla de la Osha (santería).