El Agogo es la campana ceremonial con la que se invoca a través de su repicar al Orisha Obatalá, deidad mayor del Panteón Yoruba y dueño de todas las cabezas.
Esta se recibe en la Osha como una herramienta accesoria que vive fuera de la sopera de este santo, pero que lo acompaña de forma permanente durante la vida espiritual de su representación material en el plano de la tierra.
Motivo por el cual se cree que recibe todas las consagraciones santorales y conoce los secretos del cuarto de la Osha.
De esta forma debe lucir un Agogo de Obatalá
Esta herramienta se puede elaborar con plata al ser este el metal sagrado del Orisha, pero por cuestiones económicas el material más empleado para su construcción es el acero inoxidable, el cual es muy resistente y posee un brillante color plateado.
El Agogo ostenta una forma cónica, céfalo-caudalmente avista un extremo superior afinado llamado mango por el que se sujeta.
En su interior hueco pende una pieza metálica gracias a la cual se produce el sonido al chocar esta con las paredes plateadas cónicas.
¿Cómo se invoca a Obatalá mediante el sonido de su campana?
A la hora de invocar al Orisha Obatalá debemos tener en cuenta que es una deidad gustosa de la paz motivo por el cual el toque de su campana debe ser pausado marcando una cadencia.
Para llamarlo el santero descubre su sopera habiéndole pedido al santo previa licencia, luego debe arrodillarse sobre una estera, tomar el agogo con la mano izquierda para posteriormente hacerlo sonar.
El sonido del Agogo asusta a la muerte y a los espíritus oscuros, del mismo modo que aleja los osogbos y la enfermedad del ilé (casa) donde mora el devoto.
El religioso emplea también esta herramienta para agradecer al Orisha por un bien obtenido.
Cabe destacar que el agogo es una pieza clave dentro del cuarto de santo donde es empleado como herramienta ritual en las consumaciones de muchas de sus ceremonias secretas.
¿Cómo se consagra el Agogo en la Osha?
El Agogo de Obatalá recibe su primera consagración durante la Osha donde participa de la inmolación de los animales que se le sacrifican a la deidad, también es lavado con el omiero elaborado con los ewes (hierbas) propios del santo.
Esta herramienta se refresca con cascarilla, manteca de cacao, agua de coco y aguardiente, del mismo modo que puede ser limpiada con una mota de algodón.
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