Conoce estos tres Pataki del Signo Baba Ejiogbe donde se mezclan la suerte, el amor y la inteligencia.
Orula ayudó a sus tres visitantes.
Orumila el gran adivino era conocido en el pueblo donde vivía por realizar grandes milagros, aconteció que en ciertas noches no podía conciliar el sueño llegando incluso a sentirse vigilado.
En una de estas veladas sintió un ruido que provenía de la sala de su casa y bajó para comprobar lo sucedido.
Sorpresivamente se encontró a uno de los mensajeros de Olofin quien acudió a su puerta para advertirle de la futura llegada de tres personas a su casa a las que debía ayudar.
De este modo pasaron los días y sin esperarlo dos hombres y una mujer tocaban a su puerta, el adivino al verlos supo de quienes se trataba y los hizo pasar.
- El primero era Eshú al que entregó pescado ahumado, maíz y jutía,
- el segundo visitante era Oggún al que le adjudicó el aguardiente y,
- por último, hizo su entrada Oshún a quien consagró a través del Ochin chin.
Desde ese día el oráculo de Ifá indicó a dichos Orishas salvar a sus descendientes con cada uno de dichos elementos mágicos.
Orere, la esposa de Orumila.
Orere fue una mujer muy hermosa e inteligente, esta poseía gran sabiduría y durante sus años de matrimonio con el adivino de Ifá había aprendido muchos de sus secretos.
Cierto día Orula decidió abandonarla pues este creía que su corazón pertenecía a otra mujer.
Sin saberlo al tomar esta decisión no solo abandonó a su esposa sino también dejó atrás su suerte.
Desde ese momento comenzó a pasar precariedades, en determinada ocasión Orula se encontró a Orere por el camino y se percató que está también se encontraba pasando necesidades.
Tras unos minutos de silencio ambos pudieron liberar el rencor que habitaba en el interior de sus corazones, siendo esta la única forma de encontrar nuevamente el adelantamiento moral y material que ambos habían perdido y tanto necesitaban.
Olofin quiso ceder a Orula el resguardo de la tierra.
Olofin se encontraba viejo y cansado, por esto quiso dejar en manos de su mejor discípulo el resguardo de la tierra.
Este era Orula el adivino de Ifá quien había consagrado su vida con el fin de ayudar a los demás mediante las doctrinas yorubas.
Los rumores de su decisión llegaron a oídos de Ikú, quien había servido bien a Olofin y por ende sentía aspiraciones de gobernar la tierra.
Como Olofin se había percatado que existía más de un candidato apto para ocupar este puesto decidió realizar un torneo para coronar al vencedor como guardián del plano de la tierra.
Este concurso consistía en permanecer tres días sin ingerir alimento alguno.
Al segundo día de la prueba Orula sentía hambre, este fue tentado por Eshú en varias ocasiones, más nunca cedió a sus deseos.
Pasadas unas horas Elegguá trajo una gallina para Orula y de esta solo quedaron los huesos, el travieso Orisha la sepultó y juró guardar el secreto.
De repente llegó Ikú impulsada por el hambre desenterró los huesos y comenzó a comerlos, al haber quedado en evidencia y no poseer coartada que la respaldase perdió la competencia, siendo Orula el único ganador.